Berlanga y Gutiérrez Aragón consideran sombrío el porvenir del cine español

El panorama del séptimo arte en España es sombrío, según se desprende de las opiniones mantenidas por los críticos, técnicos, productores y directores que intervinieron en el curso que sobre Historia, técnica, industria y creación en el cine español ha dirigido Angel Sánchez Harguindey en la Universidad Internacional Menéndez y Pelayo de Santander. Ayer, dos de los directores más destacados de nuestra cinematografía, Luis García Berlanga y Manuel Gutiérrez Aragón, coincidían en lamentar la escasa ayuda estatal que recibe esta industria frente a la de otros países competidores.La consideración de fenómeno cultural que recibe el cine por parte de las autoridades españolas sería una de las causas de esa situación, ya que, según Berlanga, esa apreciación permite que los productores extranjeros sean introducidos en el mercado nacional sin limitación ni arancel es, lo que hace imposible competir con, por ejemplo, la cinematografía norteamericana.

Al margen de los motivos económicos, tanto el director de Bien venido, míster Marshall como el torrelaveguense Gutiérrez Aragón piensan que el cine trasciende la cultura y, en definitiva, no puede equipararse «a los conciertos del Real o a los cuadros de un museo. La cultura», opinó Manuel Gutiérrez Aragón, «es la ortodoxia y el cine es la herejia».

El director de Maravillas, triunfador en varios festivales internacionales, va más allá en la consideración definitoria del cine, rechazando o, al menos, reduciendo el valor de lo que ha dado en llamar «lo específicamente cinematográfico», para cargar los valores en «el cine-espectáculo, incluso de feria, en el que la expresividad se alcanza por el lado del truco, del asombro, de la invención». Y quizá, porque la reiteración de lo asombroso apaga el entusiasmo, son los directores veteranos los menos prolíficos, entre ellos Berlanga, con trece películas en su larga carrera, y el propio Gutiérrez Aragón, que declara «tener cuerda para dos o tres películas más y luego lo dejo».

Berlanga diría que no tiene proyectos ni entusiasmo especial en buscarlos, derivando su irreprimible afición al cine hacia la presidencia de la Filmoteca Nacional, donde tiene dos proyectos inmediatos, uno frenado por la falta de medios, y el otro en competencia con Televisión Española. Es decir, la recuperación de todas las películas del cine español, antiguas y actuales, y la reclamación del material del extinguido NoDo.

La televisión no es el peligro

Luis G. Berlanga llega a Santander desde Moscú, donde presentó su última película, Patrimonio nacional. Manuel Gutiérrez Aragón anunció la preparación de un nuevo filme, de título Demonios en el jardín, que rodará en Galicia, «por el ambiente de neblina de aquellas tierras», con la interpretación de Angela Molina y Ana Belén.El director cántabro aprovecharía la ocasión para advertir que varias de sus películas no se han estrenado en la región.

Sobre el tema de televisión-contra-cine, Berlanga reconoció la competencia y el reto de las nuevas tecnologías y los nuevos hábitos del espectador, aunque sin especial énfasis en sus posiciones, mientras que Gutiérrez Aragón, que entiende la televisión y el cine como medios a complementarse e integrarse, negó la competencia entre los medios, ya que «son las películas quienes alcanzan mayor aceptación en la televisión».