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Ante la inminencia de un "crack" en las bolsas, el Gobierno italiano decreta temporalmente su cierre

Juan Arias

La Bolsa italiana estará cerrada hasta el lunes próximo en todo el territorio nacional. La dramática decisión la tomó ayer el Gobierno como una medida de emergencia, con un decreto del ministro del Tesoro, el democristiano Beniamino Andreatta, después de largas y convulsas consultas con el gobernador del Banco de Italia, Ciampi, y del presidente de la Comisión Nacional para las Sociedades y la Bolsa (Consob), Rossi. No existen precedentes inmediatos a una decisión de esta envergadura por parte del Gobierno, que revela una quiebra importante. La única vez que fue cerrada la Bolsa en este país fue en 1917, en situaciones ciertamente mucho más dramáticas: la derrota del Ejército en Caporetto.

El decreto del ministro del Tesoro, que será publicado hoy mismo en la Gaceta Oficial del Estado, afirma que la decisión de cerrar las negociaciones de títulos accionarlos en todo el territorio de la República ha sido necesaria para profundizar las razones de la quiebra de los últimos días en el mercado oficial.La Bolsa italiana ha vivido en este año momentos de gran oscilación. Después de un momento de vacas gordas, había llegado a una pérdida en los títulos de un 50%, asustando a grandes y pequeños ahorradores hasta el punto de que la mañana del martes, en Milán, y después en Roma, la Bolsa quedó automáticamente bloqueada porque no hubo una sola compra y sí colas para deshacerse de los títulos. En los últimos días, los títulos se habían redujo a 58, cuando normalmente se juega con casi doscientos.

Para evitar una quiebra, en dieciocho meses se habían triplicado las pérdidas, la Consob había tomado medidas especiales y excepcionales que no han servido para nada. Y los presuntos responsables se lanzan sus flechas envenenadas, respectivamente. Se acusa, por ejemplo, a los bancos, porque «han jugado a la baja». La Bolsa jugaba con el ahorro que no daban los bancos. Y los grandes bancos criticaban duramente al gobernador del Banco de Italia.

Hay quien sostiene la hipótesis de que se ha tratado de un golpe bajo al nuevo presidente del Gobierno, no democristiano, después de 36 años de Gobiernos presididos por un democristiano. La Bolsa ha tenido que ser cerrada después de 56 años, precisamente mientras en el Parlamento se está debatiendo el programa del nuevo Gobierno, presidido por Giovanni Spadolini, secretario de un partido, el Republicano, que paradójicamente siempre ha dado las mayores garantías en materia económica.

Las consecuencias del cierre de la Bolsa pueden ser graves. Sólo en el sector de las compañías de seguros se calcula una pérdida de un billón de pesetas. Corre la voz de que decenas de empresas tendrán que cerrar mientras se extiende el pánico entre los pequeños ahorradores. De hecho, ayer, el diario Repubblica, uno de los más atentos a las cuestiones económicas, dedicaba el editorial al problema del ahorro. Afirma que el sistema económico italiano «ha sufrido siempre por la penuria de un capital de riesgo, del cual la Bolsa es el instrumento recolector», y añade: «En los meses pasados parecía que esta penuria se había atenuado. Ahora todo ha cambiado de nuevo, y si no vuelve otra ola de confianza, la alternativa inevitable será una mayor presencia del Estado en la economía, con todos los desórdenes que esto acarrea».

Por ejemplo, la carrera a los bonos del Tesoro en los últimos meses se había debido al hecho de que de este modo los pequeños ahorradores familiares conseguían salvar el 19% de una inflación que ya en este mes supera el 20%. Los bancos no ofrecen más que un 6% o un 7%, que además está recortado por una tasa del Gobierno. De ahí el que se aconsejara desde todas las revistas a la gente a invertir en bonos del Tesoro. Ahora el peligro es que todos los ahorros familiares vayan a las arcas del Estado, aumentando la tendencia a la estatalización de la empresa. Y esto, cuando precisamente se intentaba corregir esta tendencia con la privatización del trust estatal de la empresa química Montedison, decidido por el Gobierno a través de un ministerio socialista.

Lo menos que se puede decir es que esta quiebra tan escandalosa de la Bolsa es un golpe bajo a todo lo que signifique iniciativa privada, con todas las consecuencias que esto puede suponer. Per eso existe mucho malhumor en los altos mandos de la empresa privada.

Ahora se habla de la necesidad de una reestructuración de la Bolsa a nivel europeo. Se dice que la Bolsa italiana está a niveles del Tercer Mundo. Baste decir que en la Bolsa italiana juegan sólo 134 sociedades, con unos 180 títulos, mientras en París sor, 738, en Nueva York 2.000 y en Londres 3.000. En Italia existen sólo en Bolsa sociedades nacionales.

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