Un obispado conservador

Luis Franco Cascón tomó posesión de la diócesis nivariense de Canarías hace diecinueve años. Procedía del convento de los redentoristas de Madrid, del que era rector. El Opus Dei, en aquella época, logró hacerse con dicho convento gracias a una gestión cerca del nuncio del Papa en España, monseñor Antoniutti. Fue por ello por lo que Franco Cascón accedió al obispado en la provincia de Santa Cruz de Tenerife, al verse obligado a abandonar el cargo que ocupabaEn un primer instante, en Tenerife, se advirtió en su magisterio una orientación integrista y conservadora. Se opuso a la celebración del carnaval, fiesta tradicional tinerfeña que había contado anteriormente con la defensa de las autoridades civiles y religiosas.

A su llegada a la isla, se produjo un solapado enfrentamiento entre este obispo y el actual arzobispo de Zaragoza y miembro de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal española, monseñor Elías Yanes, quien fue despojado de los cargos que ocupaba en la diócesis.

Un estudio socio-pastoral realízado por un grupo de sociólogos jesuitas seglares, a petición del vicario pastoral de la diócesis, fue vetado por Franco Cascón antes de que el mismo fuera finalizado, ante los reveladores datos que parecía aportar sobre la situación religiosa en la provincia.

Se ha definido como acérrimo enemigo del divorcio, aprobado por ley, y su línea pastoral se encuadra en la corriente preconciliar. De acuerdo con el deseo de Pablo VI, en un plazo de dos años, Franco Cascón debería jubilarse al cumplir 75 años.