Publicados los carteles de los 100 años de los "sanfermines"
La famosa fiesta pamplonica comienza el próximo lunes
Los carteles de los cien últimos sanfermines (1882-1981) son un fiel reflejo de la evolución que ha tenido Pamplona durante el mismo período de tiempo y marcan con claridad las diferencias entre las distintas épocas de un arte local, como ha sido el diseño a través de los carteles de las ferias y fiestas de San Fermín. El volumen Pamplona, 100 años de carteles de las fiestas y ferias de San Fermín, 1882-1981, editado por la Caja de Ahorros de Navarra, es un trabajo ilustrativo de esta evolución.Casi de forma simultánea se han publicado en Pamplona tres libros sobre las fiestas de San Fermín: Los sanfermines en apuntes, de Carlos Ciganda, con textos del periodista Pedro Lozano Bartolozzi. Las pancartas de las peñas, escrito por el periodista José Luis Larrión y José María Rodrigo, con dibujos de Pedro Balda (ambos editados por la Caja de Ahorros Municipal de Pamplona), y Pamplona, 100 años de carteles de las fiestas de San Fermín, con textos de Ricardo Ollaquindía, y editado por la Caja de Ahorros de Navarra.
El libro dedicado a los carteles anunciadores de las ferias y fiestas de San Fermín, cuidadosa y laboriosamente editado, adolece de continuidad en los textos, ya que se limita a reseñar simplemente los acontecimientos de cada año sin que exista ningún nexo de unión entre las distintas épocas que recogen los cien años de carteles. Sin embargo, son los propios carteles los que dan una idea bastante aproximada de lo que era la Pamplona provinciana de 1882, y la evolución que ha tenido la ciudad.
«El propósito al escribir estos comentarios a vuelapluma», señala Ricardo Ollaquindia, «ha sido poner un poco de variedad y amenidad sobre el papel, aun sabiendo que el cuadro pintado con palabras será un pálido reflejo de lo que en realidad son los sanfermines: las fiestas más variadas y divertidas».
Lo cierto es que de la cartelería sanferminera se deduce, año a año, una serie de detalles sobre la capital navarra. Así, en 1882, se destacan las compañías de teatro, los fuegos artificiales, los partidos de pelota y, sobre todo, los conciertos matinales. Aquel año coincidieron en sanfermines músicos navarros de tanta relevancia como Pablo Sarasate, Dámaso Zabalza, Juan María Guelbenzu, Emilio Arrieta y el tenor Julián Gayarre. Hasta tal punto se admiraba en Pamplona a Pablo Sarasate, que en la plaza del Castillo se instaló una especie de arco del triunfo, al comienzo de la calle de Chapitela, con el siguiente texto: «El comercio y la industria de Pamplona, a Sarasate y demás artistas que le acompañan ».
El cartel de 1884 se refiere a la luz de gas que va a iluminar el paseo de Valencia (con 12.000 bombas de gas): tres años más tarde llega la luz eléctrica, y el mismo paseo es motivo para que el cartel anuncie que aparecerá iluminado con once focos de luz eléctrica de fuerza de mil bujías cada uno. En 1888 es el cine mudo, y con una deficientísima calidad, el espectáculo más destacable que llega por primera vez a Pamplona. En 1893, lo reseñable es que todos los toros que se lidian en la plaza son de ganaderías navarras: viuda de Zalduendo Lizaso, conde de Espoz y Mina e Hijos de Díaz. Los carteles de esta época tienen motivos eminentemente taurinos.
Uno de los carteles más bellos de los que aparecen en el libro de casualmente no refleja estrictamente un motivo taurino en el que se anuncia, junto a los conciertos de Sarasate, la actuación de los toreros Guerrita, Fuentes y Bombita.
La Pamplona católica tradicional y conservadora plasma su religiosidad también en los carteles de San Fermín. Durante muchos años figura en los carteles, encabezando la lista de espectáculos, un texto breve que dice: Funciones religiosas. En 1904, Javier Ciga, el pintor contemporáneo más completo que ha tenido Navarra, dibuja su primer cartel de las fiestas de San Fermín, en el que aparece, en un recuadro significativo, un retrato de Pablo Sarasate, el genial violinista que muere en 1908. En su ausencia, Pablo Casals, en 1909, fue la estrella musical de los sanfermines.
"Pamplona estaba brutal"
En 1920 aparecen, en las páginas interiores del programa editado para San Fermín, las primeras fotografías; dos años después se inaugura una nueva plaza de toros en Pamplona, y en 1923 llega a la ciudad Ernest Herningway. La guerra civil deja a Pamplona sin sanfermines durante 1937 y 1938. Manolete ocupa el cartel, con su estirada figura, en 1945, acompañado de un mozo pamplonés, con el atuendo de sanfermines. Después de la guerrra civil, y con la ayuda de Hemingway, los sanfermines se van conformando como la fiesta de renombre mundial que han llegado a ser.En 1959 Pamplona ha logrado la cifra de 100.000 habitantes, y Hemingway le escribe a un amigo suyo: «Este año Pamplona estaba brutal, como siempre».
El grafismo manual se acaba en 1964, ya que ese año el cartel es una fotografía del encierro. Desde entonces hasta ahora -excepto tres años-, los carteles son ya fotográficos, fundamentalmente con imágenes del encierro. Y en 1979, el cartel es bilingüe, castellano-euskuera.
Por lo que respecta a la obra Los sanfermines en apuntes, se trata de un libro extraordinariamente bien conjuntado entre el dibujo de Ciganda y los breves textos de Lozano Bartolozzi. En veintitrés dibujos, Carlos Ciganda ha plasmado un día completo de San Fermín, con la fuerza de la naturalidad plástica que da cualquier momento, de las fiestas de Pamplona. Las pancartas de las peñas es un documento fundamentalmente gráfico,a través de los pinceles de Martín Balda, desde 1951.
Babelia
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