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Vicente Aleixandre: "Su poesía es sobria e intensa"

Reacciones de escritores ante el fallo del jurado

«José Hierro me parece una de las revelaciones que no abundaron durante la posguerra española. Su poesía ha tenido el carácter propio, que yo llamaría norteño, de la sobriedad unida a la intensidad», ha dicho el premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre, tras conocer el fallo del jurado.«Su matización, su colorido dominante, es el gris, el gris fino, acerado y entrañable al mismo tiempo. Es uno de los poetas que más han influido en la poesía de los jóvenes posteriores a él», ha añadido Aleixandre, «y, ya con perspectiva, se le puede calificar de gran poeta, sin que esta adjetivación tenga ninguna frivolidad, sino la responsabilidad completa que tanto su forma como su contenido están proclamando para los que lo sepan apreciar. Todos debemos felicitarnos», añade Vicente Aleixandre, «del premio que acaba de recibir».

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Para Gerardo Diego, José Hierro «también es uno de los poetas españoles de mayor riqueza. Y esto lo pude comprobar desde que se presentó a los quince años por primera vez, junto con José Luis Hidalgo, en mi casa con un trabajo que habían realizado los dos. Pero además José Hierro es un excelente dibujante y crítico de pintura, y eso es quizá lo que le ayuda en su poesía».

«Desde hace mucho tiempo tengo gran admiración y aun devoción», dice el poeta y académico Luis Rosales, «por la poesía de José Hierro. Por ejemplo, en el homenaje internacional a Picasso, en el que intervinieron la mayoría de los poetas vivos más importantes de todo el mundo, la aportación de José Hierro fue para mí la más valiosa y la más original. Además la actitud vital de Hierro, desde el punto de vista del desinterés, de la falta de egoísmo y de la manera que ha respondido a todas las dificultades con las que tuvo que luchar, me parece admirable. La concesión del premio tiene para mí un doble mérito: por una parte, el de premiar la altísima calidad de su poesía, y en segundo lugar, el de su irreprochable dignidad en la difícil convivencia literaria española».

El escritor Francisco Umbral cree que José Hierro «representa la continuidad después de la guerra con la generación del 27, con Juan Ramón Jiménez y, en gran parte, también con Rubén Darío, ya que una de las formas preferidas de Pepe Hierro es el eneasílabo, que viene del modernismo, principalmente de Rubén. Para mi gusto, el mejor libro de José Hierro», añade, «es el penúltimo que escribió, a finales de los cincuenta y principio de los sesenta, Cuanto sé de mí. Supone su puesta al día en el modernismo. Su última obra, por el contrario, Libro de las alucinaciones, inicia la etapa surrealista e imaginativa de verso libre».

El poeta Félix Grande ha opinado ante el premio: «Alguna vez ha dicho José Hierro que debemos tanto a la testaruda exigencia estética de Juan Ramón Jiménez como a la honda temperatura moral de Antonio Machado; que tanto las conquistas de Juan Ramón para la historia de la belleza poética, como el magisterio de Machado para la historia de la intimidad, la temporalidad y la solidaridad del poema son dos de las raíces más estremecedoras de que se nutre la poesía moderna escrita en idioma español. Pues bien, José Hierro no se ha limitado a redactar esa verdad: la ha demostrado con su propia obra. Precisión y belleza expresivas, intimidad y fraternidad humanas, eternidad e historicidad, son los protagonistas, indivisibles todos ellos, de la altísima obra lírica del poeta José Hierro, nuestro amigo y maestro, nuestro hermano ejemplar».

«Alegra profundamente que un premio dé tan exactamente en la diana, y más en este caso, pues es imposible encontrar a un poeta más despreocupado de reconocimientos y honores que José Hierro», dice, por su parte, Francisco Brines. «Es, sin duda, uno de los mejores poetas de nuestra época», añade, "y en la distancia se nos aparece como el más hondamente testimonial de los poetas de su generación. Es esto curioso, ya que nunca fue un poeta social al uso. Ese testimonio lo hace siempre desde el yo íntimo, con un lenguaje cotidiano, en el que la emoción reside tanto en la precisión como en la tensión dramática que conlleva la experiencia vital. Es autor de algunos de los poemas más intensos escritos en este siglo. Si hubiera un premio a la dignidad moral de la persona, también sería un candidato preferente».

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