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TRIBUNALES

Silva, Jáudenes y Palomino se querellan contra los autores de "Todos al suelo"

El Juzgado de Instrucción número 18 de Madrid ha admitido a trámite las querellas del ex ministro de Franco Federico Silva y de los colaboradores de El Alcázar Luis Jáudenes y Angel Palomino, contra los autores del libro Todos al suelo, primero de los publicados sobre el frustrado intento golpista del 23 de febrero. Si las querellas -formuladas contra la supuesta implicación de los querellantes en el colectivo Almendros- desencadenaran un proceso, sería probablemente el primero en el que se analizarán, según algunos de los querellados, las posibles vinculaciones civiles de la tentativa golpista.Además de las querellas citadas es probable la presentación de otra similar por el también ex ministro franquista Gonzalo Fernández de la Mora. El abogado de los querellantes es el presidente de la Caja de Ahorros de Madrid, Felipe Ruiz de Velasco. Los querellados son los periodistas Ricardo Cid, Bonifacio de la Cuadra, José Luis Martínez, Fernando Jáuregui, José Angel Esteban, Juan van den Eyride y Rosa López. Han designado abogados al secretario del Congreso de los Diputados, José Bono; presidente de la Asociación pro Derechos Humanos, José María Mohedano; catedrático de Derecho Penal y decano de la facultad de Derecho de la Universidad de Alcalá de Henares, Enrique Gimbernat; catedrático de Derecho Político de Madrid y ex ministro de Trabajo, Manuel Jiménez de Parga, y José Folguera.

Entre otros detalles curiosos de las querellas, los litigantes piden indemnizaciones, como satisfacción de las supuestas calumnias e injurias, que los dos primeros cifran en cinco millones de pesetas, mientras que Angel Palomino -recientemente llamado a declarar por la policía en relación con el nuevo intento golpista- la cuantífica en cien millones de pesetas, «habida cuenta», dice la querella, «de la gran difusión que el libro ha alcanzado». Solicita, además, la prisión de los querellados, el embargo de sus bienes y el secuestro de los ejemplares de Todos al suelo.

Por su parte, Luis Jáudenes y Federico Silva incluyen entre los supuestos delitos que imputan a los querellados, las descripciones de su trayectoria política durante el franquismo y la transición. Así, Jáudenes rechaza que se diga de él que «es un triste y está triste, sobre todo desde que comprobó que la promesa de Adolfo Suárez de hacerle ministro no iba a realizarse jamás». Silva se considera injuriado por el pasaje del libro en el que se relata que tiempo atrás consiguió apoyo del alemán Strauss para tratar de formar en España un partido democristiano que «tuviera gruesos ribetes fascistas».

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