Tres pueblos se oponen a la expropiación de 3.354 hectáreas para instalaciones militares

Los agricultores de Cabezón de Pisuerga, Renedo de Esgueva y Castronuevo de Esgueva, tres localidades situadas a muy pocos kilómetros de Valladolid, han recibido con malestar y preocupación la publicación en el Boletín Ofícial del Estado de una resolución de la Capitanía General de la VII Región Militar, con sede en Valladolid, relativa a la expropiación forzosa de 3.354 hectáreas de los citados pueblos para instalar en ellas cuarteles y campos de tiro.

El tema surgió por vez primera en agosto de 1979 y, en aquella, ocasión, los vecinos protestaron, y entablaron recursos, y enviaron cartas a los ministros de Defensa y Agricultura, en las que manifestaban su oposición al proyecto. Consideraban, e insisten ahora en estos argumentos, que las tierras a expropiar son de muy buena calidad agrícola, mientras que en la provincia vallisoletana hay otras nulas para el cultivo y que supondrían un menor coste social y económico.De las mencionadas 3.354 hectáreas, 2.353 pertenecen a Cabezón; 582, a Castronuevo, y 418, a Renedo. Se hallan a sólo seis kilómetros de Valladolid y en las cercanías de una zona donde se encuentra la Fábrica Nacional de Armas, las factorías de Nitratos de Castilla y ENDASA, una azucarera y la terminal del oleoducto Bilbao-Valladolid, donde Campsa ha construido varios depósitos. «La zona», agregó el alcalde de Cabezón, «se va a convertir en un polvorín, en plena zona de desarrollo de Valladolid y a setecientos metros de nuestro pueblo».

Para Teodoro Revilla, presidente de la Cámara Agraria de Cabezón y a quien le expropiarán cuatrocientas hectáreas de su explotación, «la realización del proyecto supone la muerte de Cabezón como pueblo agrícola, ya que sólo nos quedarían unas 1.600 hectáneas y, además, afecta a una zona muy aprovechable para las ovejas».

Algunos de los agricultores afectados por la expropiación han llevado a cabo costosas inversiones en pozos, maquinaria y mejoras, «y nos vamos a quedar sin ellas» Tanto el presidente de la Cámara Agraria como el alcalde de Castronuevo indicaron que «no nos interesa hablar de indemnizaciones, sino manifestar nuestra oposición a la expropiación; necesitamos todas las tierras que labramos para ir tirando; si nos quitan algunas, muchas explotaciones no serán rentables, y ni podemos comprar otras tierras ni sabemos hacer otra cosa que no sea trabajar el campo ».

Alternativa rechazada

Poco después de que surgiese el tema, una comisión de afectados y la propia Delegación Provincial de Agricultura ofrecieron a Agustín Rodríguez Sahagún, que entonces estaba al frente el Ministerio de Defensa, una alternativa: construir las dependencias militares en el término de Quintanilla de Onésimo, a treinta kilómetros de Valladolid, en terrenos baldíos, cuyos propietarios estaban dispuestos a vender sin recurrir a la expropiación. Según indicaron a EL PAIS algunos afectados, el ex ministro de Defensa no vio con malos ojos el proyecto y prometió estudiarlo.