El nuevo inquilino de la Moncloa
Leopoldo Calvo Sotelo quiso, desde el primer momento, marcar acusadamente distancias y diferencias con su antecesor. Al principio se afirmó que no viviría en la Moncloa, sino que continuaría en su casa de Somosaguas, por cuyas calles paseaba en bicicleta. Motivos de seguridad decidieron al final que se instalara en el complejo de la carretera de La Coruña. Su formación, su afición por la música y su fama de ilustrado llevaron a algunos intoxicadores a poner en su boca la frase de que en la Moncloa sobraban barajas de cartas y faltaban libros.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.