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Los 100 días de Leopoldo Calvo Sotelo

El nuevo inquilino de la Moncloa

Leopoldo Calvo Sotelo quiso, desde el primer momento, marcar acusadamente distancias y diferencias con su antecesor. Al principio se afirmó que no viviría en la Moncloa, sino que continuaría en su casa de Somosaguas, por cuyas calles paseaba en bicicleta. Motivos de seguridad decidieron al final que se instalara en el complejo de la carretera de La Coruña. Su formación, su afición por la música y su fama de ilustrado llevaron a algunos intoxicadores a poner en su boca la frase de que en la Moncloa sobraban barajas de cartas y faltaban libros.

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