El independentismo estratégico de Ayuso pasa factura a Feijóo y divide al PP
Dirigentes del partido admiten que la presidenta madrileña condiciona al líder nacional y difieren sobre cómo solucionar un problema heredado de la era Casado
El polémico encuentro entre Javier Milei e Isabel Díaz Ayuso y la concesión de la medalla internacional de la Comunidad de Madrid al presidente argentino pese a que no estaba de visita oficial en España, sino privada, ha evidenciado una vez más que, al asumir la presidencia del PP, en abril de 2022, Alberto Núñez Feijóo heredó los problemas de su predecesor, Pablo Casado, y dos años después no ha encontrado la manera de solucionarlos. La presidenta madrileña, explica un veterano dirigente del partido, “va por su propio carril y no va a cambiar porque esa estrategia de elevar su perfil, de nacionalizarlo, le funciona de maravilla. No es solo su ambición política, es que confrontar con Pedro Sánchez en un territorio donde hay un amplio campo de cultivo para eso, que es Madrid, le permite que no se hable de hospitales, de colegios, de gestión... Es una estrategia de marketing buenísima. Al PSOE también le interesa, porque mitiga el liderazgo de Feijóo. La pregunta es qué debe hacer él ante eso”. Y aquí es cuando el partido, el discurso y la estrategia del PP se bifurca entre quienes apuestan por contemporizar con la línea dura de Ayuso y de Vox y quienes creen que Feijóo solo será presidente si logra “ocupar el centro”.
Al igual que ocurría en la etapa de Pablo Casado, los portavoces nacionales del partido, como el propio líder, han de responder, en cada entrevista o rueda de prensa, a preguntas sobre si comparten la penúltima declaración de Ayuso, lo que desvía la atención de los temas sobre los que la formación y Feijóo quieren poner el foco, como la imputación de la esposa de Sánchez. Preguntado este lunes sobre si comparte las ideas de Milei, quien abomina de la justicia social, Borja Sémper, portavoz y miembro del comité de dirección de los populares, declaró: “Me posicionaría sobre manifestaciones que hacen a lo largo y ancho del mundo todo tipo de dirigentes políticos, pero no tengo ni tiempo ni capacidad”. No se le preguntaba por “todo tipo” de dirigentes, sino por el que había sido premiado y alabado por una compañera de partido, pero Sémper evitó así distanciarse de Milei y criticar el movimiento de Ayuso.
Fuentes del sector moderado del PP creen que, sin entrar al enfrentamiento directo con ella, el líder nacional del partido “debe tomar sus propias decisiones”, ignorando la agenda interesada de la presidenta madrileña y a los que llaman los “muy cafeteros”, tanto dentro como fuera del partido (los medios afines), que interpretan, se han dejado “arrastrar” por el discurso duro y amplificado por el escaparate madrileño de la baronesa. “La única forma que tiene Feijóo de demostrar autoridad”, afirma un dirigente de la etapa de Casado, “es firmar un pacto con Sánchez para renovar el Consejo General del Poder Judicial, pero no creo que se atreva, porque si lo hace, la ayusosfera se lo come”. El expresidente de la Xunta, añaden, tenía otra hoja de ruta, la que marcó en su primer discurso al frente del partido -”No vengo a insultar a Sánchez, vengo a ganarle”; “Tenemos que sacar a la política española del enfrentamiento y de la hipérbole permanente. Mi proyecto es un proyecto de entendimiento...”-, pero fuentes de ese sector moderado señalan que, tras no poder gobernar después de las generales de julio, se ha visto atrapado en una triple pinza: Ayuso, Vox y Sánchez, que explota el independentismo estratégico de la presidenta madrileña para erosionar el liderazgo de Feijóo. “Hay gente en el partido”, afirma un veterano dirigente, “que se pone muy farruca y plantea que al Gobierno ni agua, pero no se da cuenta de que lo que funciona en Madrid no necesariamente funciona en Andalucía, en Galicia o si me apuras, en la Comunidad Valenciana. Las presiones son enormes, pero al final, al que rendirán cuentas es a Feijóo, así que lo que mejor que puede hacer es tomar sus propias decisiones, intentar marcar su propia línea editorial”. El sector moderado del partido, incómodo con la “dispersión” del mensaje que provoca Ayuso “constantemente”, cree que el líder del PP cuenta con una ventaja, los buenos resultados en las autonómicas y municipales de mayo. ”Estamos gobernando en casi toda España, en las comunidades, en los ayuntamientos... y eso ayuda mucho porque los dirigentes regionales o locales están distraídos gobernando, no tienen que buscar a alguien para echarle la culpa”, afirma un veterano dirigente popular. Pero añade: “En el caso de Madrid esa ventaja se tuerce por el altavoz de la capital y por el fragor de la visceralidad. Estamos en un vendaval y es muy difícil sacar las velas de la moderación”.
Un dirigente de la etapa de Casado cree que el líder del PP debería ser mucho más contundente a la hora de marcar distancias con Ayuso. “Milei es la derecha populista, lo que nosotros nunca hemos sido. Feijóo parece superado y no hay proyecto nacional, posición sobre los grandes temas. El riesgo es terminar como Bullrich en Argentina, de muleta de Milei. Las europeas han dibujado un tripartito entre Alvise, Vox y el PP y mientras la gente piense que la única alternativa a Sánchez son esas tres cosas, no gobernaremos nunca. Al pactar con Vox y hacer seguidismo de Ayuso, Feijóo está facilitando que cale esa idea. No hay 17 Españas: hay dos, dentro de la M-30 y fuera, y la España de dentro de la M-30 está matando al PP porque lo hace invotable fuera”.
Otro barón regional, sin embargo, resta importancia a la estrategia de Ayuso y su encuentro con Milei: “Es un movimiento para ganar votos a Vox y el que debe estar cabreado es Abascal, no Feijóo”. Según este presidente autonómico, el exmandatario gallego ha acertado al “no entrar en el cuerpo a cuerpo” con Ayuso. “Hace como que le da igual. Por eso organizó el acto amable con la fundación de la música”. Se refiere al encuentro con jóvenes de la fundación Acción por la Música al que Feijóo asistió el mismo día que la presidenta madrileña se reunía con Milei. “Una imagen vale más que mil palabras”, señala un miembro del comité de dirección. El partido se contraprograma a sí mismo y busca en las fotografías la distancia que a Feijóo le cuesta marcar con hechos o declaraciones.
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