El uso de pesticidas provoca la muerte de millares de peces
Millares de peces muertos vienen apareciendo a diario en algunas playas valencianas desde hace veinte días, debido a los productos químicos que se utilizan como pesticidas en esta etapa del año para la siembra arroz. Esta situación se viene produciendo desde hace unos siete años: coincidiendo con la utilización masiva por los agricultores de dichos productos, que permiten facilitar y simplificar las operaciones de la siembra. Como quiera que cada año la cantidad de pesticidas empleados es mayor, el problema e va agravando y aumenta la cantidad de peces muertos.
A juicio del diputado provincial Pedro Fos, alcalde de Sueca, el Ministerio de Agricultura sería el responsable de esta situación, al no controlar suficientemente el uso de los productos tóxicos. Fuentes oficiales de la Delegación Provincial de Agricultura de Valencia han manifestado a EL PAIS que un control exhaustivo es prácticamente imposible, y que sólo se puede apelar a la responsabilidad de los agricultores.
El alcalde de Sueca ha informado que en su término municipal, que tiene unos siete kilómetros de playas, vienen apareciendo diariamente unos 1.500 o 2.000 peces muertos. Las otras playas afectadas por la proximidad con la zona arrocera de la Albufera son las de Cullera, que cuenta con unos seis kilómetros, y las de Valencia, que tiene quince kilómetros.
La muerte de los peces se origina al ser arrastrados los productos tóxicos por las aguas desde los arrozales hasta el mar. La propia Albufera es la zona más afectada en esta época del año. El problema se agrava al ser devorados los peces muertos por otros peces o por aves con lo que este peculiar ciclo tóxico puede llegar a tomar grandes proporciones.
Los ayuntamientos afectados proceden cada mañana a limpiar las playas de peces muertos, lo que les origina un gasto considerable para evitar las consecuencias negativas que este fenómeno puede tener sobre el turismo, importante fuente de ingresos.
A juicio del alcalde de Sueca, una parte del problema radica en que en muchas ocasiones las etiquetas de los pesticidas que están a la venta no indican el contenido real, que resulta ser más tóxico y contaminante que el anunciado en el envase. La Delegación Provincial de Agricultura afirma desconocer esta circunstancia e indica que practica los controles previstos por la ley sobre estos productos.
Para la Delegación, el problema es que los agricultores no siempre siguen las normas divulgadas anualmente por el Consejo del País Valenciano sobre la utilización de pesticidas, y señala que no dispone de suficientes efectivos, a través del Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza (Icona) para vigilar las 15.000 hectáreas de zona arrocera de que dispone la provincia de Valencia.
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