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Arabia Saudí puede subir precio de su crudo si el resto de los países baja el suyo

El ministro de Petróleo de Arabia Saudí, jeque Zaqui Yamani, declaró ayer en Ginebra, al inicio de la 60ª Conferencia Ministerial de la OPEP, que su país estaba dispuesto a subir el precio de su crudo si el resto de los miembros del consorcio petrolero aceptaba rebajar los suyos. Aunque el jeque Yamani se negó a concretar una cantidad sobre la cual estaría dispuesto a llegar a un compromiso sobre precios, esta es la primera vez que el todopoderoso ministro del reino saudí acepta en los últimos meses la posibilidad de elevar el precio del barril del crudo arábigo ligero, que a 32 dólares es el más bajo que tiene el consorcio.

ENVIADO ESPECIAL

Las declaraciones de Yamani a los periodistas que cubren la 60ª Conferencia Ministerial de la OPEP fueron recibidas con sorpresa por el resto de miembros del cártel petrolero, que han montado una extraordinaria campaña de presión ante el jeque saudí para forzarle a aceptar el precio de referencia oficial de la OPEP, situado en 36 dólares, junto a un fuerte recorte en sus altos volúmenes de producción.En una posición intermedia. el ministro iraquí de Petróleo, Abdul Karim, propuso que un «buen acuerdo» podría alcanzarse para situar el nuevo precio de referencia en torno a los 34 dólares, es decir, dos menos que el de referencia y dos más que el de Arabia Saudí. Pero esta posibilidad fue descartada por el ministro libio, Mohammed Zagaar (cuyo país cobra 41 dólares), quien declaró que bajo ninguna circunstancia permitirá que baje el precio de su crudo. incluso aunque tenga que dejar de venderlo.

Mientras se abre la posibilidad de que la OPEP negocie un compromiso sobre precios que busque una unificación de los mismos a corto plazo, todo indica que los doce ministros de Petróleo de la OPEP (el ecuatoriano abandonó la reunión) necesitarán numerosas horas de negociaciones antes de acordar algo, incluso el extremo de que pueden estar de acuerdo en el desacuerdo.

Excedente petrolero

La 60ª reunión ministerial ordinaria de la OPEP tiene lugar en un momento especial del mercado del crudo. La crisis económica en los países consumidores y la política de bajos precios y elevada producción seguida por Yamani han restringido la demanda y han creado un excedente de petróleo en el mercado que los expertos sitúan entre dos y tres millones diarios de barriles.Este glut, como se le conoce entre los expertos petroleros, ha provocado Un cambio radical en la situación de escasez que ha caracterizado al mercado mundial desde la revolución iraní en 1978 v ha colocado a los productores en la incómoda disyuntiva de reducir precios o controlar su producción. En estos momentos, los trece miembros de la OPEP se disputan entre ellos a los clientes en un esfuerzo para evitar cerrar el grifo de sus pozos. Aun así, su participación en el mercado occidental ha descendido considerablemente. Hoy, la OPEP exporta Veinticinco millones diarios de barriles. frente a los treinta que vendía hace un año.

Un amplio sector de la OPEP responsabiliza a Yamani de esta situación y, argumenta que la decisión saudí de incrementar de 8.5 a 10,3 millones diarios de barriles su producción es la causa del trastorno. Arabia Saudí elevó hace ocho meses su producción a fin de compensar la baja en la oferta de crudo que se produjo en el mercado como consecuencia de la guerra irano-iraquí y, al mismo tiempo, con objeto de forzar a la OPEP a aceptar sus tesis sobre la necesidad de unificar los precios y establecer simultáneamente un sistema automático de subidas de precios basado en una indicación de la inflación, crecimiento y cambios de las principales monedas.

Los países más radicales del consorcio petrolero pretenden ahora que, a medida que se restablece la producción en Irak e Irán, Arabia Saudí regrese a sus tradicionales volúmenes de producción, algo que Yamani no acepta mientras el resto no comulgue con sus tesis sobre el equilibrio del mercado.

La reunión de Ginebra es la primera ocasión que la OPEP tiene desde diciembre para discutir una realidad del mercado que le es adversa y para tratar de volver a tomar el control de la misma. Pero con excepción de Arabia Saudí, que produce el 40% del crudo OPEP, ningún país es lo suficientemente fuerte para dar un giro a la situación, en el caso muy hipotético de que se pueda.

Precisamente, el centro de la discusión de ayer, en el primer día de las reuniones de Ginebra, era si las presentes circunstancias del mercado eran sólo transitorias o un profundo cambio estructural del mercado. Mientras el secretario general saliente de la OPEP, René Ortiz, opinaba que la situación era pasajera, ya que aleo parecido a esto ocurrió en 1976 y 1977, otros expertos aducían que el problema era de tipo estructural, ya que lo que se ha producido -o se está produciendo- en Occidente es una profunda transformación de los consumos energéticos, forzados en parte por la agresiva política de precios de la OPEP.

En cierto sentido, esta es la tesis de Yamani y de Arabia Saudí, el país que más tiene que perder a corto y medio plazo si se produce un cambio estratégico en los consumos de energía occidentales como consecuencia del hallazgo y potenciación de nuevas fuentes energéticas alternativas a los crudos, que trae consigo los altos precios del mismo.

Los precios siguen bajando

En cualquier caso, la OPEP se encontraba ayer en Ginebra con el problema de remediar, desde su punto de vista, la baja generalizada de los precios, tanto en el mercado oficial como en el de entrega inmediata, que se está produciendo desde hace tres meses. Según Calderón Berti, los precios del petróleo ya han bajado más de un 5% desde el pasado diciembre y no sólo por culpa del descenso lineal registrado, sino también como consecuencia de la inflación mundial.Con este objetivo, los más optimistas del cártel confiaban ayer en la posibilidad de un acuerdo inmediato (lo más tarde hoy), por el que se trataría de acercar el abanico de tarifas que hoy existe en la OPEP a un precio unificado en torno a los 34-36 dólares.

De alcanzarse un compromiso de este tipo, que necesitaría a su vez un acuerdo de caballeros para controlar la producción y de devolución de clientes a Irak e Irán, la OPEP se reuniría de nuevo, el próximo septiembre, en una conferencia triministerial (Finanzas, Exteriores y Petróleo) para continuar sus discusiones sobre reunificación de precios y regreso a las subidas matemáticas.

Pero los, más pesimistas estimaban que un acuerdo era imposible y no sólo por la actitud saudí de no elevar los precios al nivel que el resto del cártel pretende, sino por la negativa de todos (incluida la moderada Venezuela) de bajar los suyos.

Así las cosas, algunos expertos estimaban que lo más probable es que la OPEP alcance un desacuerdo de congelar precios a los niveles presentes (banda de 32 a 41 dólares) y deje que el mercado se regule por sí solo. Es decir que imponga una realidad ya contrastada: cierre del abanico por abajo y por arriba en espera de un nuevo encuentro extraordinario de la OPEP el próximo septiembre.

Por otra parte, los ministros de la OPEP nombraron ayer nuevo secretario general de la organización al gabonés S. Nam Nguerna, ex embajador de su país en Ginebra y actual director general adjunto de la compañía petrolera Elf Gabon, informa Efe.

Nam Nguema sustituye al ecuatoriano René Ortiz, secretario del consorcio desde las últimas elecciones de 1979. En el puesto de presidente de la OPEP continuará el ministro de Energía indonesio D. Subroto.

México-URSS: petróleo para Cuba y España

El ministro de Asuntos Exteriores de México, Jorge Castaneda, y su colega de la URSS, Andrei Gromiko, negociaron en Moscú la posibilidad de un acuerdo múltiple para el abastecimiento de petróleo a Cuba y España, informa Efe.Según este acuerdo, México suministraría petróleo a Cuba y la URSS a España, lo que supondría un importante ahorro de flete en el transporte del crudo, que beneficiaría a todas las partes.

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