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Remite la neumonía atípica

Sanidad afirma tener controlado el brote epidémico

Diez enfermos que habían sido ingresados en días pasados en hospitales madrileños, aquejados de la denominada neumonía atípica fueron dados de alta a lo largo del día de ayer, en lo que en medios sanitarios es considerado como el primer síntoma de que la epidemia declarada en Madrid hace doce días empieza a remitir. Después de haberse producido esas altas, otros 464 enfermos permanecen ingresados en hospitales de la zona centro del país, y mayoritariamente en Madrid. Mientras, fuentes ministeriales consultadas por EL PAIS insistían en que muy posiblemente sea el micoplasma pneumoniae el causante.

Más información
El micoplasma pneumoniae.

Los enfermos que permanecen ingresados en los diversos centros hospitalarios evolucionan favorablemente salvo en una minoría de casos. Concretamente existen dos enfermos en Madrid que debido a complicaciones con otras dolencias se encuentran en grave estado. Otros siete casos de gravedad se hallan internados en centros de provincias de la zona centro, dos de ellos en Avila y cinco en los dos hospitales de Valladolid.

El agente productor

Según supo ayer EL PAIS, un estudio sobre el micoplasma pneumoniae fue publicado en Francia en el año 1968. En la publicación titulada Bacteriologie (A Pusage des étudiants en médecine), original de Azele Ferrón y editada por Crouan y Roques, se dice que este tipo de micoplasma fue aislado por primera vez por los profesores Nocard y Roux en 1898.En el libro se dan datos sobre la morfología del microorganismo, así como su estructura, caracteres y numerosos otros detalles. Se señala asimismo la sintomatología manifestada por los enfermos que la padecen y los medicamentos que se pueden emplear para combatir la dolencia. Estos antibióticos, según el libro son: la tetraciclina, el cloranfenicol, ambos de uso muy frecuente, la eritromicina (el antibiótico que hasta el momento se estaba empleando contra los casos observados en la actual epidemia), la furabantina y el espiramicina.

Igualmente señala el autor que este micoplasma pneumoniae es el más patógeno que se conoce para el organismo humano y que además de las afecciones señaladas puede producir lesiones pleurales. Finalmente, se indica la existencia de una vacuna preventiva contra la enfermedad.

EL PAIS consultó ayer todos estos datos con las autoridades sanitarias, y éstas confirmaron la mayoría de los datos aportados, aunque manifestaron desconocer la fecha del primer aislamiento del microorganismo.

Respecto a la situación actual que se observaba ayer en medios de los médicos que asisten a los afectados se detectaba cierto malestar en algunos de ellos ante la llegada de unos científicos extranjeros. En estos medios se manifestaba este malestar en cuanto que se ha intentado basar y capitalizar la investigación en favor de los médicos norteamericanos y se ha dejado en un segundo plano a los investigadores españoles, que son los que hasta el momento han llevado el peso de los trabajos.

Sin embargo, el director general de la Salud Pública, Luis Valenciano, restó importancia al hecho y señaló que la ciencia no es patrimonio de ninguna nacionalidad y es absurdo este malestar. Señaló también que no se ha capitalizado nada en favor de los científicos extranjeros.

El "micoplasma pneumoniae"

El microorganismo aislado el pasado miércoles en los laboratorios que investigan la enfermedad, el micoplasina pneumoniae, es un organismo extremadamente pequeño que normalmente ataca a adolescentes y adultos jóvenes. Aunque se están conociendo casos de enfermos mayores de cincuenta años, éstos son raros puesto que el cuerpo humano va consiguiendo a lo largo de los años una inmunidad.Este agente puede provocar epidemias en concentraciones amplias de población, como es el caso actual, pero normalmente sus efectos quedan reducidos a familias, barrios o instituciones. La aparición de la infección puede producirse en cualquier momento, sin que se estime una preferencia estacional.

Crece en las membranas mucosas que unen la mayoría de las estructuras internas de los pulmones y no suele invadir los tejidos más profundos, las fibras musculosas, elásticas o los nervios. Puede producir un agente exodizante que causa algún daño celular. Normalmente, el micoplasma pneumoniae no invade la membrana que rodea el pulmón, aunque sí puede llegar a invadir los bronquios y los alveolos.

Tras la aparición de los síntomas, sobrevienen dolores de cabeza y agotamiento, y posteriormente fiebres y dolores musculares.

Al llegar a ser grave la dolencia, se experimenta una tos y se puede llegar a expulsar esputos sanguinolentos. Los dolores, entonces, se deben a la blandura de la tráquea producida por esta tos.

La recuperación de los enfermos suele ser rápida en muchos de los casos con la aplicación de antibióticos, aunque generalmente la convalecencia suele durar varias semanas.

Aunque se puede afirmar que la neumonía atípica está controlada y comienzan a aparecer pistas sobre su origen, durante algún tiempo, quizá unos dos meses, seguirán apareciendo casos, probablemente, de afectados por esta enfermedad, según señaló ayer a Radio Nacional de España el doctor Vaquero, jefe del departamento de Microbiología del centro Ramón y Cajal, de Madrid. El doctor Vaquero manifestó que esta es una situación normal, ya que el agente transmisor de la enfermedad continúa en la calle.

De hecho, según la explicación del microbiólogo, el micoplasma pneumoniae que ha sido aislado se encuentra habitualmente entre la población y cada cierto tiempo se recrudece su actividad. Esto, según parece, suele ser en períodos de varios años. Aseguró el doctor Vaquero que «el pasado año se detectaron en el sur de la ciudad de Madrid varios casos similares que fueron tratados en el Primero de Octubre, aunque no trascendió a la opinión pública. Se pudo hablar, entonces, de un período preepidémico. Este año, en consecuencia, ha habido un brote epidémico».

Finalmente, el director del departamento de Microbiología del Ramón y Cajal señaló que, generalmente, el micoplasma citado no suele presentar una virulencia tan grande como la padecida durante estos últimos días.

Es necesario señalar asimismo que, aunque la enfermedad comience a estar controlada, pueden seguir apareciendo casos, como señalaba el doctor Vaquero, puesto que los síntomas no aparecen hasta tres semanas después de la infección inicial. Dado que la transmisión más fuerte se ha producido en los últimos días, lo más probable es que pasen aún muchos días en que se detecten nuevos afectados, lo que no debe servir de alarma ante la aparición de nuevos enfermos.

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