Informativos enlatados
La programación del fin de semana permanece casi idéntica a la etapa anterior. Junto al cine y a los telefilmes norteamericanos convencionales se encuentra un lote de programas producidos por Televisión Española, casi todos informativos, aunque algunos de ellos se denominaban antes culturales o divulgativos.
Los programas informativos del fin de semana, sin embargo, son todos de producción enlatada. Los problemas laborales impiden, al parecer, que se produzcan programas informativos en directo los sábados y domingos, hasta el punto de que la pasada semana se suprimió la información de la segunda cadena.
El déficit de información en Televisión Española arranca de los pactos suscritos entre Rafael Ansón, ex director general de RTVE, y los representantes de los trabajadores, con una amplia participación del sindicato Comisiones Obreras. Un idilio en torno a las primeras elecciones generales, que dio lugar a una nueva situación laboral: jornada de 35 horas semanales -Televisión Española es todavía hoy una de las empresas españolas donde menos horas se trabaja, aproximadamente 1.540 horas por persona y año- y el descanso durante dos días ininterrumpidos a la semana, preferentemente sábados y domingos. Con Ansón se dejó de trabajar los sábados, pero, como Televisión tenía que emitir y producir todos los días, los trabajadores de los fines de semana fueron recompensados, al margen de la ordenanza laboral, con los escandalosos módulos de 14.000 pesetas, aproximadamente, por fin de semana.
Esta perturbación laboral supuso una grave sangría para Televisión Española, que tuvo que recurrir a la pintoresca economía de sustituir los telediarios por la lectura de teletipos desde el locutorio de continuidad. Un nutrido grupo de trabajadores de los informativos considera, todavía hoy, aquellos acuerdos y los pactos personales firmados con el anterior directivo, Juan Jesús Buhigas, como derechos adquiridos. Pactos trimestrales que suponen un plus que oscila entre 20.000 y 35.000 pesetas al mes para quienes aceptaron la flexibilidad de horario, con un coste anual de 230 millones de pesetas. El comité de empresa hizo días atrás una propuesta para revisar aquellos pactos: resolver el problema laboral de los días festivos le costaría a Televisión, según la oferta del comité, 5.000 pesetas por trabajador y día festivo o de fin de semana trabajado y librado.
Los informativos enlatados de este fin de semana, a pesar de todo, son fruto de una esforzada voluntad de ajustarse a la actualidad. El programa Parlamento, que se incluye hoy dentro del bloque informativo de las 14.30 horas, ofrece un informe sobre la reforma militar, con intervenciones de portavoces de los cuatro partidos mayoritarios; Jesús Hermida entrevista a continuación, en De cerca, a Camilo José Cela; en Informe semanal se emite un reportaje sobre el quinto aniversario de EL PAÍS -como prueba de que Televisión Española se está mostrando más atenta y solidaria con los medios de información que en la etapa anterior-, y otro reportaje sobre las elecciones francesas. Un esfuerzo de Juan Carlos Azcue, el corresponsal en París, a pesar de que no se pudieron grabar en la sede de la corresponsalía los debates electorales, porque el delegado de RTVE, Manuel de Agustín, tiene -según fuentes de Televisión- en su domicilio particular los dos magnetoscopios propiedad de Televisión Española.
Además de la retransmisión de la Vuelta Ciclista a España, con la etapa final mañana, en directo -deporte que había sido olvidado por Televisión-, y la final de la Copa inglesa de Fútbol (hoy, 17.50 horas, por la segunda cadena), Televisión emite el nuevo programa dedicado a las cartas de los telespectadores (Tome la palabra). Hay también dos apretados números de Encuentros y Revista de cine, una entrevista con el filósofo Garaudy (A fondo), y un debate (El testigo), sobre el golpe en Turquía.
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