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Bobby Sands, diputado británico y miembro del IRA, continua en coma profundo en la cárcel de Maze

Andrés Ortega

Bobby Sands, diputado británico y miembro del Ejército Republicano Irlandés provisional (IRA) entró el domingo en coma en la cárcel de Maze. Ayer, en el 65 día de su huelga de hambre, el Ministerio para Irlanda del Norte seguía afirmando, eufemísticamente, que Sands «estaba profundamente dormido desde la víspera». La guerra de propaganda entre los republicanos y el Gobierno británico parece, pues, proseguir con crudeza. Después de que la BBC afirmara que Sands había entrado en coma horas después de haberlo indicado los familiares del preso, la declaración oficial ha indignado a los católicos norirlandeses.

Las últimas horas de Bobby Sands se ven acompañadas de un refuerzo de la vigilancia de las calles por la policía y el Ejército. Los controles de identidad se han multiplicado, y en los vehículos blindados del Ejército británico se puede ahora ver sobresalir por arriba la figura de un soldado con casco, apuntando hacia el público con una ametralladora. El secretario británico para Irlanda del Norte, Humphrey Atkins, mantiene reuniones diarias con los jefes de la policía y el Ejército de Irlanda del Norte, y se mantiene un contacto con ellos constantemente.El domingo, una manifestación en el pueblo de Toombridge congregó a unas 2.000 personas. La antigua diputada del Parlamento británico, Bernadette Devlin, hizo un llamamiento a la calma pidiendo que no se produjeran disturbios violentos después de la muerte de Sands, algo que la madre de este último ya había implorado.

En este fin de semana -ayer era día festivo en el Reino Unido- se produjeron varios incidentes, algunos cócteles molotov hicieron explosión y la policía recibió pedradas que contestó con disparos sin que se registraran víctimas. Ayer, un camión y un coche fueron incendiados. Al llegar al lugar donde el camión estaba en llamas, este enviado especial pudo ver que el acto había sido realizado por jóvenes entre cinco y dieciocho años de edad, una escena de vandalismo que ya viene siendo normal en ciertos barrios de Belfast.

Un grupo denominado Fuerza de Acción Republicana, que reivindicó el asesinato de diez protestantes hace algunos años en el condado irlandés de Armagh, se atribuyó ayer el incendio en el Eire de la casa de campo de lord Rossmore, y ha amenazado con destruir las propiedades de británicos en el sur y en el norte de Irlanda, «los símbolos del colonialismo», si Sands llega a morir.

El segundo huelguista de hambre, Francis Hughes, ayer en su 52 día de ayuno, parece seguir empeorando, mientras todo el mundo se prepara ya para la inminente muerte de Sands. La familia de éste está instalada en una habitación de la cárcel de Maze y, según el hermano de Hughes, Sands «parecía tener noventa años, con los ojos hundidos y los huesos y los dientes sobresaliendo».

En esta situación se ha producido a última hora una intervención del primer ministro irlandés, Charles Haughey, en la que pide que los miembros de la Comisión Europa de Derechos Humanos, que habían visitado recientemente la cárcel de Maze, redactaran una recomendación sobre las condiciones de vida en la prisión. Esta decisión de Haughey ha sido fríamente recibida entre los medios republicanos norirlandeses, que piensan que el primer ministro irlandés intenta solamente salvar la cara con un paso inútil. Por otra parte, el irlandés Sean Mac Bride, premio Nobel y premio Lenin, criticó al Gobierno británico, que parece «no comprender los verdaderos problemas o confundirlos a propósito».

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Setenta presos republicanos de la cárcel de Maze se han ofrecido a comenzar otra huelga de hambre, pero el IRA provisional ha rechazado esta oferta.

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