Efectivos militares vigilan los puestos fronterizos con Francia en el País Vasco

Unidades militares pertenecientes a las fuerzas especiales que participan en la operación destinada a impermeabilizar la frontera hispano-francesa en Navarra y Guipúzcoa han extendido en los últimos días su campo de acción a los puentes internacionales de esta última provincia. Varias patrullas, con vehículos ligeros, han hecho acto de presencia esporádicamente en los puentes fronterizos de Hendaya, Behovia y Viriatou.La salida o entrada de ciudadanos españoles por los puestos fronterizos puede hacerse normalmente mediante la exhibición del documento nacional de identidad, que controla la Policía Nacional, a pesar de haberse aprobado hace algunas semanas una disposición gubernativa según la cual la Guardia Civil podrá exigir el pasaporte. Al parecer, esta medida sólo piensa aplicarse en situaciones que se consideren excepcionales.

Por otra parte, fuentes de la Policía Nacional han informado que se está desarrollando en Guipúzcoa una operación para incrementar la presencia de este cuerpo en localidades de más de 20.000 habitantes que, o bien no disponen de comisaría propia, como es el caso de Rentería, o sólo cuentan con dotaciones muy reducidas, como ocurre en Irún, Eibar, Zumárraga y Pasajes.

Esta explicación fue facilitada a EL PAIS después de que anteayer efectivos de la Policía Nacional ofrecieran a los viandantes, en la última localidad citada, la posibilidad de conocer los vehículos reglamentarios, incluidas las tanquetas, a las que pudieron acceder grupos de niños.

«No queremos hacer demagogia, convirtiendo nuestros medios de trabajo en motivo de exhibición», comentaron fuentes del mando de la Policía Nacional en San Sebastián, «sino estar más presentes entre la población, garantizar más su seguridad y ofrecer a quien lo desee la posibilidad de conocer mejor a la policía». En tal sentido, se ha generalizado la vigilancia de los agentes a pie, después de tomar las medidas de seguridad necesarias para evitar que estas modificaciones en la forma de operar faciliten posibles atentados.

La invitación a los transeúntes para que se aproximaran a la policía y pudieran subir a sus vehículos. fue autorizada previamente por el gobernador Civil, Pedro Arístegui, y podría repetirse en otros puntos y ocasiones. La experiencia efectuada anteayer en Pasajes sólo dio ocasión a un ligero incidente, cuando una persona se dirigió a los agentes para decirles que aquello era «una comida de coco», a lo que un oficial contestó que no pensaban organizar una discusión pública. Al retirarse, los policías fueron despedidos con división de opiniones, aplausos y pitos, aunque ellos creen que los discrepantes eran minoría.