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Política vaticanista y autonomías, cuestiones claves en este momento, según el director de EL PAIS

«La Constitución no es todavía el libro sagrado que debería ser para todos los españoles», dijo ayer Juan Luis Cebrián, director de EL PAIS, en el transcurso de una conferencia celebrada en Ibiza y organizada por la Consejería de Cultura del Fomento del Turismo, al analizar la transición política española y los últimos acontecimientos vividos por el país. Política vaticanista y problemas de las autonomías son para Cebrián cuestiones claves en este momento.Examinó, en el transcurso de la conferencia, que se prolongó durante dos horas, una de ellas de animado coloquio, el «continuismo» de Arias y la «liberalización » de Adolfo Suárez. «Frente a una España que bosteza, según recordara en uno de sus versos el poeta Antonio Machado», dijo, «desea levantarse una nueva España que no quiere perder, una vez más, el tren de la historia».

Señaló el conferenciante que en 1979 se produjo un debilitamiénto del poder constitucional, ahondándose más la ruptura entre opinión pública y clase política. A la crisis interna de los partidos, añadió, y al involucionismo de las libertades -esto ya fomentado por el Gobierno Suárez- siguieron factores como la influencia de una política vaticanista de una iglesia «que fue neutral en la transición, hasta el extremo», recordó, «de que no cuajó un partido estrictamente democristiano».

Analizó la dimisión «sin explicaciones» de Adolfo Suárez y dijo que quien verdaderamente acabó con la transición fue Tejero. «Afortunadamente», destacó, «el apoyo popular del día 27 de febrero a la Constitución es un hecho sobre el que los políticos deben meditar. Es preciso reconstruir lo hecho para salvar la democracia».

El intento de golpe de Estado no tuvo su origen, según el director de EL PAIS, en la crisis, a diversos niveles, del país, sino en un sentimiento «que anida en algunos sectores de las Fuerzas Armadas».

Crisis de pensamiento

En el transcurso de un amplio coloquio y respondiendo a la pregunta de que si un referéndum de autodeterminación en Euskadi sería clarificador, Cebrián dijo que no, «porque abriría un proceso político imparabale». «No hay sólo una crisis de líderes políticos», manifestó en otro momento, «sino, fundamentalmente, una crisis de pensamiento en todo Occidente».Finalmente, al hablar del papel que la Prensa jugó en la transición, señaló que había sido importante, pero «hoy la Prensa está desorientada y atemorizada. El Rey y los medios de comunicación social evitaron el golpe. Esperemos que todos, también los golpistas, habrán aprendido esta lección».

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