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Italia conmemora con gran solemnidad el bimilenario de Virgilio

Juan Arias

Italia se está preparando para celebrar con gran solemnidad el 2.000 aniversario de la muerte del gran poeta Virgilio. Ya han empezado a lanzarse programas cargados de actos de todo tipo: exposiciones, recitales, actos académicos, congresos internacionales, visitas a los lugares virgilianos, etcétera, y todos se disputan el honor de ser más virgilianos que los otros. Toda Italia se siente heredera de su obra y de su persona. Pero quizá uno de los actos más importantes de estas conmemoraciones será la exposición que está preparando el Vaticano. Se trata de una impresionante exposición compuesta de una serie de objetos que son únicos en el mundo.La está preparando el belga Josep Ruysschaert, famoso latinista y actual vicepresidente de la Biblioteca Apostólica Vaticana, que es hoy la más rica del mundo.

Esta exposición sobre Virgilio se está preparando ya desde hace meses. Se inaugurará en junio y estará abierta al público de todo el mundo durante un año entero. El lugar privilegiado para este acto será el Salone Sistino, construido bajo Sixto V cien años después de la fundación de la Biblioteca Vaticana, obra ordenada por Sixto IV, en 1475.

Los documentos sobre Virgilio, que por primera vez el Vaticano va a exponer con tanto relieve al público, estarán en catorce vitrinas blindadas. Además de manuscritos y libros rarísimos, la exposición presentara cuadros códices sobre el poeta latino, únicos en el mundo y compuestos en los siglos IV y V después de Cristo, y que recogen gran parte de La Eneida, de Las Geórgicas y de Las Bucólicas. Sobre Virgilio, ademas de estos cuatro códigos, existen otros tres, de los cuales dos están en Italia (uno, en la biblioteca Lorenziana, de Florencia, y otro, en la Capitolare, de Verona), y el otro en Suiza, en San Gallo.

Dos de los códices que presentará el Vaticano son miniados en oro, a pesar de ser antiquísimos. Uno de ellos fue admirado por Montaigne el 6 de marzo de 1581, ya que escribió en su diario de viaje después de haber pasado por Roma y de haber visitado la Biblioteca Vaticana: «Vi también un manuscrito de Virgilio, y otro de Séneca». Se refería al códice Romanus, que estaba en el Vaticano por lo menos desde 1475, fecha de la creación de la biblioteca. Hoy, esta biblioteca, a la que pueden acceder sólo con permiso especial los doctorados, consta de tres edificios de cinco pisos unidos por las galerías de Bremante. Conserva 1.300.000 ejemplares. Entre los 70.000 códigos hay 15.000 palimpsestos y 5.000 incunables. Hay de todo, desde papiros paleocristianos a textos de la Biblia escrita en pocos centímetros, autógrafos de los personajes más célebres del mundo, como Savonarola, Lutero, Galileo, Leopardi, etcétera. Existe dentro de la biblioteca un laboratorio fotográfico que hace más de 800.000 fotocopias al año, y un laboratorio de restauración con la tecnología más moderna. La frecuentan cada año 75.000 personas. Toda la biblioteca está vigilada por setenta personas. Representa uno de los mayores tesoros del mundo.

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