Quinientos años de retratos en una sala de arte de Valencia

El retrato es el motivo central de una exposición monográfica organizada por la sala Parpalló, de Valencia. Desde los santos de Rivera al Fernando VII de Vicente Rodes, desde las mujeres de Muñoz de Grain o Sorolla hasta las composiciones de Joan Miró y Antonio Saura se dan cita en esta muestra hagiográfica que subvenciona la Diputación Provincial.

A partir del retrato como género pictórico se ha intentado mostrar su aplicación, coordinada con la evolución de las tendencias de la pintura. La exposición abarcó desde el siglo XVI hasta los autores contemporáneos, con mayoría de pintores valencianos.«La muestra», señala el pintor Artur Heras, director de la sala, «no está concebida desde el punto de vista de los autores, sino desde la perspectiva de los distintos enfoques del retrato, y en ese sentido hemos buscado lo más representativo. Abarcar quinientos años de la historia del retrato hubiera sido un criterio suicida, y por ello hemos preferido entroncar con la evolución del retrato a través de los siglos y de los estilos».

Un total de sesenta obras recoge la exposición, que está obteniendo un insólito éxito de público. La mayoría de los fondos utilizados proceden de museos e instituciones valencianas, así como de colecciones particulares, si bien algunas obras han sido cedidas por museos y galerías de Madrid y Barcelona. Permanecerá abierta a lo largo del mes de marzo.

Vehículo de poder

La exposición sigue un orden cronológico, en el que se puede apreciar con total nitidez la transformación del código artístico empleado por los retratistas y, por otra parte, su estrecha relación con la ideología dominante. Santos, reyes, obispos, generales y burgueses son captados, en esta sucesión de códigos, por los pinceles hasta principios del siglo XX, como objetos fundamentales de un vehículo de poder. Luego, en la época contemporánea, el modelo pierde significación en favor del punto de vista subjetivo del pintor, de su forma de captar una figura o un rostro. «En el primer bloque», comenta Heras, «sólo hemos incluido autores valencianos, pero en la muestra del siglo XX, hemos recogido también pintores de otras partes de España o internacionales, situados en la vanguardia artística». El abanico de pintores contemporáneos resulta muy amplio. Así, figuran obras de Picasso, Miró, Saura, Arroyo, Boix, Sempere, Heras y Artur Ballester, entre otros.Respecto a esta reocupación contemporánea del retrato, Pilar Pedraza, profesora de Historia del Arte, señala en el catálogo de la exposición: «El siglo XX ha conocido la progresiva disolución del retrato como una plasmación de individualidades concretas, rodeadas de accesorios significativos, al menos en lo que hace referencia al arte vivo y progresista. En nuestro mundo, los medios de comunicación de masas y la fotografía han hecho prácticamente innecesario el retrato tradicional».

La intención de los organizadores de la muestra mantiene un indudable fin didáctico para atraer a la sala Parpalló, dependiente de la Diputación, a un público amplío, sin rebajar, por otro lado, las cotas de rigor y calidad. Lo cierto es que no son frecuentes exposiciones que con pocos medios materiales y económicos, plantean una muestra sobre evolución de los géneros y subgéneros artísticos y, al mismo tiempo, dan una perspectiva actual.

Las palabras del escritor de Sueca, Joan Fuster, dedicadas a la exposición, ponen su particular impronta sobre el valor actual del retrato: «Demos a la fotografía lo que debería ser de la fotografía. Y que el «retrato», si aún quiere ser retrato, que haga su camino, eventual, con las fantasías que el pintor crea convenientes. El protagonista del retrato nunca ha sido el retratado, sino el retratista: no Carlos V, sino Tiziano... ».