La carta de los obispos

No entiendo cómo la pastoral de los obispos vascos ha producido tanta indignación en las filas de la mayoría de los partidos políticos. De la izquierda aún lo entiendo más, ya que estos partidos no han reconocido nunca que nuestros obispos tengan derecho a expresarse como ellos, aunque sea como meros ciudadanos; y más a sabiendas de que somos muchos los ciudadanos que, siendo a la vez cristianos, deseamos y esperamos la orientación de nuestros pastores, aún a pesar de que muchas veces no estemos de acuerdo con ellos. Por tanto, se debe reconocer que todos los que nos sentimos Iglesia damos más importancia a las palabras que puedan dirigir nuestros obispos que a los discursos que puedan decir nuestros, también, líderes políticos.Indudablemente, nos asombra que un Gobierno de derechas como el que preside Leopoldo Calvo Sotelo, que por su ideología siempre ha estado muy unido a los principios de la jerarquía eclesiástica, ahora haya cogido tal berrinche porque tres obispos nuestros han tenido la valentía y la independencia de escribir una pastoral que ya desde hace mucho tiempo esperábamos.

Por eso debo felicitar a la Iglesia vasca, porque creo que es un buen síntoma el simple hecho de que sea criticada tanto por la derecha como por la izquierda, porque la Iglesia demuestra una vez más que siempre ha de mostrarse crítica ante todo lo que vaya en contra de la libertad y de la dignidad de la persona (provenga de donde provenga), si realmente quiere ceñirse a los valores evangélicos. /