_
_
_
_

La moderación del líder sindical Lech Walesa divide a Solidaridad

La línea de moderación en el sindicato independiente polaco Solidaridad, que quiere imponer su presidente Lech Walesa, se enfrenta a fuertes resistencias, que acaban de provocar el cese de varios dirigentes de primera fila.

El líder sindical ha realizado desde las huelgas del pasado agosto un importante proceso de aprendizaje de los imperativos objetivos del poder. En su contacto con los dirigentes políticos, Walesa adquirió una visión más amplia que la puramente reivindicativa, y es esto, probablemente, lo que ahora plantea graves conflictos con los sectores más radicales de Solidaridad.El acuerdo de suspender la huelga general abrió una amplia polémica en las filas de Solidaridad, que explotó ahora con la dimisión del portavoz Karol Mozelewski, el cese sin explicaciones del secretario nacional, Andrzej Celinski; la oferta de dimisión del vicepresidente del sindicato, Andrzej Gwiazda, y la exclusión, a petición de la base de Gdansk, de la legendaria Anna Walentynowicz de la presidencia.

En una reunión que duró hasta la madrugada del jueves, Walesa tuvo que escuchar palabras muy duras en su feudo de los Astilleros Lenin, en Gdansk, cuando le acusaron de traición y «manipular el movimiento sindical».

En la reunión de Gdansk se leyó una carta de los heridos en los enfrentamientos de Bydgoszcz, que acusaron a Walesa de «haber vencido al sindicato» y de llegar a un acuerdo con el Gobierno que «es una vergüenza para el sindicato».

Walesa es un gran argumentador, con su tono cortante y su lenguaje elemental, que llega a las bases. En su contraataque, el líder sindical pidió que cada uno de los que se opongan a los acuerdos ponga su nombre y apellido debajo. Walesa amenazó también con dirigirse a las bases en las grandes empresas del país, donde mucha gente empieza a sentirse preocupada y hastiada de las huelgas.

Walesa cree tener a la auténtica base detrás de él, y así parece demostrarlo la decisión de los obreros de los Astilleros Lenin de retirar la confianza a Anna Walentynowicz, una de las heroínas de la huelga de agosto, por su crítica y agitación continua contra el dirigente de Solidaridad.

Conocer lo que pasa fuera, es entender lo que pasará dentro, no te pierdas nada.
SIGUE LEYENDO

Significativa en la crisis actual es la posición del segundo de Walesa, el barbudo Andrzej Gwiazda, que está considerado como uno de los radicales dentro de Solidaridad, pero que participó en la negociación con el Gobierno y, ante las críticas de la base, ofreció su dimisión, que no fue aceptada. Solidaridad no es un bloque monolítico, nunca lo fue, y las dimisiones y ceses de ayer ponen de manifiesto las crisis y contradicciones del movimiento sindical independiente.

Walesa no sólo cuenta con el apoyo de la jerarquía eclesiástica (en la reunión de la noche del miércoles al jueves se escuchó una cinta grabada por el primado de la Iglesia polaca, cardenal Stefan Wyszynski), sino también con el espaldarazo del Gobierno polaco. El vicepresidente que negoció con Walesa, Mieczyslaw Rakowski, declaró en Varsovia que «Walesa es, sin duda, un líder consciente de la fuerza de su movimiento, que representa un papel moderado en Solidaridad».

Jagielski, en Washington

Entre tanto, el viceprimer ministro polaco, Mieczyslaw Jagielski, fue recibido ayer, durante una hora, en Washington, por el secretario de Estado, Alexander Haig, en el primer contacto de alto nivel entre los Gobiernos de Washington y Varsovia.

En Mons (Bélgica), según informa nuestra corresponsal en Bruselas, el comandante supremo de las fuerzas aliadas en Europa, el general norteamericano Bernard Roaers, confirmó ayer que, aunque continúan las maniobras del Pacto de Varsovia, no existen indicios sobre una posible intervención soviética en Polonia.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_