El palacio de Velázquez reune a los seis premios nacionales de Artes Plásticas 1980
El palacio de Velázquez, en el Retiro madrileño, contiene, hasta finales de abril, una exposición significativa y reciente de los artistas distinguidos con los premios nacionales de Artes Plásticas 1980, una iniciativa estatal que recupera su sentido con la muestra pública de la obra de los premiados. Los pintores Juan Manuel Diaz Caneja, Albert Rafols Casamada y Manuel Boix, el escultor Martín Chirino, el ceramista Antoni Cumella y la creadora de tapices Carola Torres han dejado sus obras bajo la estructura metálica del palacio para la contemplación de un público que sólo los domingos supera las trescientas personas (el sábado día 14 entraron 171, y el día 15, 382.
Una entrada de veinticinco pesetas, que con las disposiciones vigentes en materia museística puede ser gratuita en la mayoría de los casos, da acceso a una exposición de arte contemporáneo español donde se reconoce la obra completa de unos artistas. A la izquierda se sitúan las pinturas de Caneja, Boix y Rafols Casamada; otras técnicas artísticas, como la escultura, los tapices y la cerámica, ocupan, a la derecha del espectador, conjuntos de obras de Martín Chirino, Carola Torres y Cumella. Cada artista tiene su propio ambiente, cercado por paneles blancos.Treinta y cinco minutos es un tiempo posible para realizar el recorrido, ya que no se producen aglomeraciones. El diseño de los compartimentos parte de un número bajo de espectadores reunidos, que fuera de los fines de semana puede reunir en la misma contemplación un número similar al equipo de vigilantes, compuesto por cuatro personas. Detrás de cada mampara que orienta a cada artista se pueden leer textos específicos sobre cada conjunto, arrancados del catálogo general, compuesto por seis monografías, con un precio de quinientas pesetas. Por veinte duros se puede adquirir un cartel.
El artista palentino Juan Manuel Caneja, de 76 años, expone quince cuadros, todos paisajes, realizados en los últimos ocho años, donde se puede perseguir a través de la composición y colores Ia levedad castellana que explica en sus notas Enrique Azcoaga. Las gamas más expresivas de azules y grises que dan en la retina desde los cuadros de Albert Rafols Casamada, barcelonés de 58 años. Toda su trayectoria de abstracción está explicada en las notas de Alexandre Cirici y en una amplia bibliografía. Con Manuel Boix (Alcudia de la Ribera, 1942), el espectador no habitual de galerías y museos puede reconocer lo figurativo, en primeros planos de aves y cuerpos, así como las técnicas de grabado en ilustraciones para el clásico Tirant lo Blanc, un poema moral de Josep Palacios y un texto de Joan Fuster.
El escultor Martín Chirino, canario, 56 años, tiene un entorno específico, en una dimensión volumétrica que enfrenta directamente al espectador con la obra, El viento, Espiral y tres Aeróvoro. Desde esa posición se escucha en vivo a los pájaros. Los tapices de Carola Torres (Motril, 1927) devuelven la técnica tradicional a partir de cartones de Saura, Tàpies, Chillida, Guinovart, Caballero, Millares y cinco de la propia artista. Dieciocho objetos y seis murales son las cerámicas de Cumella (Granollers, 1913), en gres, esmaltadas a una cocción de 1.300 grados. Barro, torno y fuego.
El lugar de la exposición se puede visitar los días laborables, de diez de la mañana a dos de la tarde, y de cinco a siete de la tarde; los festivos, de 10.30 a 14.30 horas. Los lunes permanece cerrado. El mismo horario vale para el Palacio de Cristal, situado a cien metros.
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