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Entrevista:

Arnulf Rainer: "En mi pintura conviven lo quijotesco y lo místico"

Primera muestra en España del célebre pintor aústriaco

Nacido en Baden (Austria), en 1924, Arnulf Rainer expone por vez primera en España, gracias a una feliz iniciativa de la galería madrileña Heinrich Ehrhardt. El conocido artista austriaco, que acostumbra a mezclar en sus obras el lenguaje corporal y el lenguaje plástico, ha llegado a Madrid para asistir a esta inauguración. Y durante su visita subrayó el parentesco de su obra con dos a des muy españolas: la mística y la quijotesca.

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De entrada Arnulf Rainer ha sonreído levemente ante la primera pregunta.No vuelve a hacerlo hasta el final.Pregunta. :Usted ha rechazado categóricamente las acciones cara al público, en directo. ¿Por qué asiste, sin embargo, a una inauguración de sus obras?

Respuesta.' Porque soy educado y social. Por eso mismo pienso responderle a cuánto me pregunte.

P. Las caras le horrorizan. No obstante, usted no ha cesado de pintarlas. ¿Esa práctica pictórica ha hecho posible que usted supere el horror inicial?

R. Hay. una ambivalencia palmaria en mi actitud, ya que no deja de fascinarme lo que me horroriza. Eso no ha cambiado con el tiempo. Si hubiera existido superación, ¿qué estímulo tendría yo para seguir-trabaj ando?

P. Usted es gemelo. ¿Puede haber influido ese hecho en su expresión artística, siempre dual y contradictoria? :

R. No lo sé a ciencia cierta.

P. ¿Por qué pinta sobre telas ya pintadas o sobre fotografías? ¿Le horroriza también el vacío?

R. Me interesa hacerle el vacío a lo preexistente, salvar sólo lo que me interesa. In la pintura española, el negro siempre actúa como fondo, como :zona de sombra. En mí, por el contrario, el color negro establece lo dominante.

P. En sus retratos fotográficos usted dice buscar lo bestial, la parte más recóndita del ser humano. Sus añadidos gráficos aspirarían a recalcar ese aspecto. ¿No le parece demasiado reinado el trazo como para lograr esa meta?

R. Ese es un problema muy extendido en el: terreno de¡ arte. Yo no sé si logro lo que intento. Mi pretensión es hallar una base donde el físico se erija en protagonista. Loañadido quisiera acentuar ese efecto o intervenir como rasgo de pudor. ¿Pero de verdad le parecen refinados mis trazos?

P. Totalmente.

R. (Mueca de resignación. Larga pausa). -Goya, es verdad, no eludió la problemática de la vida y estuvo obsesionado por temas desagradables. Pero es cierto que su plasmación evidencia la maestría de un gran artista.

P. Los franceses suelen decir que el arte alemán es más sensible al tema que a la forma. ¿Qué opina usted al respecto?

R. A mí me interesa mucho el cómo, aunque en el qué es donde brota la provocación, no dirigida al espectador, sino hacia uno mismo.

P. ¿Qué han supuesto las drogas en su trabajo?

R. Me habla de una experiencia ya distante. En realidad, resultaba bastante negativa, pues me perdía sin remedio, no me encontraba. En algunos instantes sentía sensaciones nuevas, pero luego caía en la parálisis. Percibí que no era una base idónea para trabajar.

P. ¿Le queda algo fresco de sus primeros contactos con el surrealismo?

R. Muy poco. El surrealismo fue importante para mí hasta que cumplí veinte años. Entre lo poco que me queda, puedo citar cierta tendencia al automatismo psíquico.

P. ¿Se escandalizaría sí, al contemplar sus cuadros, yo le citase el nombre de Giacometti?

R. Puede existir cierta afinidad espiritual. Pero yo creo añadir otro aspecto, el etológico, pues me importa muchísimo el comportamiento y el lenguaje del cuerpo.

P. ¿Y ves Klein?

R. Lo único importante para él eran las monocromías.

P. ¿Pollock?

R. Me interesa más. Me interesa su éxtasis, más obvio en él que en mí. Mi éxtasis es más indirecto. Pienso a menudo en san Juan de la Cruz, en su noche del sentido. Mi éxtasis es nihilista y religioso al mismo tiempo.

P. ¿Conoce usted las obras de Darlo Villalba y las superposiciones de Antonio Saura?

R. Al primero, sensible a aspectos similares a los míos, lo veo lejos de lo psicopático, interesado por una problemática más social. Con Saura tengo un tema en común: las crucifixiones. Pero las suyas son más patéticas. Yo tengo algo más quijotesco, más de payaso, rasgos nada habituales en un alemán.

P. Pero se niega a la acción en directo.

R. Eso le correspondería a los latinos. A mí me extraña mucho que ni los españoles ni los. italianos hagan acciones, cuando son tan amigos de autorrepresentarse.

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