Canadá prepara a Ronald Reagan una larga lista de desacuerdos económicos pendientes
El primer viaje de Ronald Reagan como presidente le encaminará, el próximo martes, hacia sus «grandes amigos y vecinos del Norte», que esta vez preparan una agenda de «asuntos pendientes», que rompe aparentemente las frases hechas tradicionales. El primer ministro canadiense, Pierre Trudeau, sostuvo ayer en una conferencia de Prensa que «la llegada de Ronald Reagan será una excelente ocasión para revisar el convenio automotriz, que cuesta a Canadá 3.000 millones de dólares por año».
El «pacto automotriz» entre Canadá y EE UU estableció desde 1965 en Toronto (Ontario) núcleos de montaje y fabricación de automóviles en correspondencia. con los grandes complejos de Detroit (EE UU).El déficit canadiense aludido proviene en los últimos años de las importaciones de piezas no fabricadas aquí, pago de tasas y royalties, el cierre de hecho del mercado exterior ya atendido por la industria norteamericana y la demanda mínima estadounidense del ciclo industrial producido en Canadá.
A tres días de la llegada del nuevo presidente norteamericano para su visita de 49 horas a Ottawa, esta declaración del jefe del Gabinete liberal canadiense resulta una de tantas del. mismo signo y parecido nivel formuladas por su Gobierno desde el momento en que se fijó la fecha del viaje.
Petróleo
Simultáneamente, el Congreso canadiense estudió hasta el viernes -y pospuso al lunes- un informe del Ministerio de Consumo en que se demuestra la actuación «abusiva» e «irregular» de las multinacionales petrolíferas, sobre todo las norteamericanas.
Según esta denuncia, las empresas habrían defraudado más de 12.000 millones de dólares, al elevar fraudulentamente desde 1958 los precios declarados de extracción de petróleo, de forma que el consumidor del petróleo nacional ha pagado este encarecimiento artificial que, en dólares de hoy, serían 48.000 millones.
El tema no es, pues, un plato placentero para digerir por diplomacia alguna, habida cuenta que el Gobierno canadiense congela «por ahora» la posibilidad de perseguir hasta el final judicialmente a estas empresas, tal como le ha exigido la oposición en las últimas horas.
El caso, con su espectacularidad, ambienta muy negativamente el obligado tema de los entendimientos bilaterales que abordarán Trudeau y Reagan sobre la energía.
Oleoducto
La posibilidad de que el nuevo titular de la Casa Blanca revise -como se esperaba aquí en las últimas horas con aprensión- la promesa del ex presidente Jimmy Carter de «cumplir, nuestra parte» en la construcción del gasoducto de Alaska no haría sino «encender» cualquier conversación entre Trudeau y Reagan sobre «materias inflamables».
El interés canadiense en la construcción del tramo norteamericano -el más septentrional, que une los yacimientos de Alaska con los de la Alberta canadiense- radica en que desde este año entra en funcionamiento el «tramo canadiense» -entre los yacimientos de Alberta y el oeste estadounidense-, de forma que Canadá exportaría su gas natural sin contrapartidas, mientras EE UU guarda el suyo como reserva.
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