La manifestación

en Madrid Por la libertad, la democracia y la Constitución fue toda una fiesta y una muestra de respeto y cordura entre los madrileños.Ahora bien, como siempre que una mayoría subraya su concordia, tienen que aparecer los sediciosos -al estilo de los golpistas- que se proponen imponer sus proclamas y pronunciamientos por la fuerza de sus gritos y arrestos. Me estoy refiriendo a esos grupúsculos de la CNT, el MC, la LCRy el POSI, que incordiaron en Embajadores, a ra tos, durante la manifestación. Vo ciferaban consignas, denuestos y sinrazones, olyidando que su libertad de expresión comenzaba y acababa donde lindaba con la libertad de expresión de la multitud allí congregada. Coreaban «Amnistía total», sin darse cuenta de que ésta beneficiaría a los golpistas. Clamaban sobre los fascistas y los terroristas sin incluir a etarras y grapos. Bramaban contra Suárez y Fraga, olvidando que éstos se habíanjugado el tipo. Vituperaban al Rey y al Ejército, sin darse cuenta de que el buen hacer conjuntado de éstos permitió una salida airosa. Increpaban «Si nos quieren callar es que tienen que ocultar», ignorando que el silencio permitía el consenso ciudadano a partir de lo que unía -y no lo que separaba- según se leía en la cabecera de la convocatoria. /