Mario Benedetti: "La censura chilena retiró a Machado de las librerías por letrista de Serrat"

Escritores y poetas, cineastas y dramaturgos trasplantados y trastrerrados de las dos Españas y América participaron en el debate que abrió, el miércoles pasado, la Segunda Muestra deCultura Latinoamericana organizada por el Centro Español para las Relaciones con el Teatro de América Latina (CERTAL), con el patrocinio del Ayuntamiento de Madrid y otras entidades que contribuyen al funcionamiento de este centro de carácter privado.

En torno a la figura de Rafael Alberti, sentado junto al director de CERTAL, José Monleón desplegaba un amplio abanico de artistas e intelectuales implicados en el apasionante y a veces torturado proceso de la cultura en América Latina. Hombres de letras como Mario Benedetti, Eduardo Galeano, Antonio Larreta y Hugo Gutierrez-Vega; hombres de teatro como José Ricardo Morales, Andrés Lizarraga, Alvaro Custodio y Jorge Eínes, y del cine, Santiago Alvarez y Agustín Mahieu, hicieron breve y sucesivamente su declaración testimonial y de principios en torno al fenómeno de la cultura latinoamericana y, a continuación se entabló un apasionado debate que agotó el tiempo de uso de la sala del Centro Cultural de la Villa de Madrid.«El objetivo de esta muestra es servir a una realidad actual: la numerosa presencia de latinoamericanos en España», dijo José Monleón, director de CERTAL, en la presentación del debate. «No se trata sólo de un acontecimiento político, sino también cultural, y es inevitable que se plantee de una u otra forma la cuestión política, pues se pretende analizar cuál es la situación de los hombres de cultura».

Propiciar e intensificar las relaciones culturales entre España y América Latina es, señaló a continuación Alvaro Custodio, otro de los motivos de este encuentro, sobre todo en lo que respecta al conocimiento y difusión en España de las diversas manifestaciones artísticas y culturales de los pueblos de Latinoamérica, que «tienen mucho que enseñar a los españoles».

El difícil y amargo proceso que ha seguido la cultura en Uruguay desde el golpe militar de 1973 fue el tema sugerido por el poeta uruguayo Mario Benedetti, quien recordó la vitalidad que mostraban hasta ese momento en su país todas las manifestaciones de la vida cultural.

La intensa represión cultural que siguió al golpe se ha llegado a convertir en un elemento más de la realidad que impregna toda expresión creativa en Uruguay y ha hecho surgir un estilo entre líneas que practican por necesidad todos los escritores que no se han exiliado», dijo Benedetti. La actuación de la censura es tal que la prohibición del cantante Serrat hizo retirar de las librerías a Machado, considerado como su letrista.

La pervivencia y afianzamiento de la cultura uruguaya es, sin embargo, un hecho que Benedetti resaltó, citando como prueba de ello a los tres uruguayos que han merecido este año importantes premios concedidos, en España a la tarea intelectual: Juan Carlos Onetti, Antonio Larreta y Carlos M. Rama.

En la «provocativa intervención», el poeta Hugo Gutiérrez Vega, agregado cultural de la Embajada mexicana, trató el problema de la identidad cultural de América Latina y la manipulación por parte de las clases dominantes del retórico concepto de cultura hispánica, «un ruinoso edificio vacío de contenido».

«La identidad cultural muchas veces no es más que un invento estatal, una necesidad del clero, de la familia patriarcal y del capitalismo que se basa en una serie de formas míticas manoseadas por la televisión», dijo el poeta mexicano.

Tras las emotivas palabras de Alberti, que recordó escuetamente «las guerras, exilios y viajes peligrosos que han influido en él de forma penosa», el escritor Eduardo Galeano entonó una lírica salutación a la esperanza para el conflictivo continente, y el dramaturgo José Ricardo Morales, residente en Chile desde el fin de la guerra civil, reafirmó la pérdida de raíz como una seña de identidad universal y describió la repercusión del exilio español republicano en la evolución del teatro latinoamericano.