La URSS insiste en la convocatoria de una conferencia de desarme

El jefe de la delegación soviética en la Conferencia de Madrid, Leónidas Ilichev, defendió ayer nuevamente la convocatoria de una conferencia europea de desarme y dijo que el problema central de la CSCE consiste en complementar la distensión política con la distensión militar.Ilichev acusó a Estados Unidos de impulsar la carrera armamentista y negó que la Unión Soviética pretenda conseguir una «superioridad militar». El presupuesto militar norteamericano para 1982, añadió el representante de la URSS, se ha disparado a la cifra récord de aproximadamente 220.000 millones de dólares.

El viceministro de Asuntos Exteriores soviético, que regresa hoy a Moscú para asistir al 26º Congreso del PCUS, rechazó la imposición de cualquier tipo de condiciones previas para la conferencia de desarme, y sobre todo de aquellas que pudieran afectar a la seguridad de la Unión Soviética y el Este.

Criticó el jefe de la delegación soviética a los delegados de otros países que anuncian un fracaso de la Conferencia de Madrid, y expresó su confianza en que se alcanzarán resultados generalmente aceptables y positivos en todos los aspectos del Acta Final de Helsinki.

El jefe de la delegación norteamericana, embajador Max Kampelman, respondió después al soviético, y dijo que la negociación tiene que estar basada en la confianza mutua y que es difícil tener tal confianza cuando sigue la invasión soviética de Afganistán y la represión contra los disidentes políticos dentro de la URSS.

Por su parte, el delegado soviético criticó algunos aspectos de la propuesta francesa de conferencia de desarme, que ha recibido el respaldo norteamericano, y expresó su satisfacción ante el hecho de que la idea de convocar una conferencia sobre la distensión militar y el desarme había obtenido el respaldo casi unánime de los 35 países participantes en la reunión de Madrid.

Una semana después del inicio de la última fase de la conferencia, en la que se redactará un documento final, la intervención del jefe de la delegación soviética provocó cierto optimismo en medios de la CSCE, que ven una mayor flexibilidad por parte de la URSS y, por consiguiente, una mayor posibilidad de progresos en la CSCE.