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ETA, kanpora

Siempre hemos soñado que, tras un largo silencio de las armas, las autoridades pudieran arbitrar medidas de gracia para cortar esta sangría.Pero estamos a punto de cerrar definitivamente la puerta del diálogo para siempre. Caiga quien caiga, la paciencia tiene un límite y nosotros no podemos aceptar una situación que más parece propia de una campaña mafiosa, de gansters, que la de unos hombres que inhumana y equivocadamente luchan también por unas ideas equivocadas. Lo sentimos por los que asesinan, porque pierden gente que, aunque muy crítica y severamente, han intentado entenderles y lanzar, en la medida de lo posible, un puente hacia el diálogo. Lo sentimos por nosotros, porque siempre es duro perder la fe en el hombre. Pero no somos nosotros quienes tomamos la decisión. Son ellos, con sus asesinatos, con su mesianismo, con su fanatismo, con su odio, con su intransigencia, con su absoluta falta de sensibilidad humana, quienes se alejan definitivamente del pueblo vasco. Nuestro pueblo ha descubierto que esas acciones nos llevan hacia la ruina y el deshonor colectivos. ¿Cómo pueden decir amar a Euskadi quienes ejercen la violencia de una forma tan cruel?

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La «justicia» de ETA
Terror a horas fijas

Si ninguna muerte tuvo nunca justificación, esta de ahora ha rebasado todas las cotas de dolor, de indignación y de asombro. El asesinato de Ryan marca un punto decisivo en nuestra historia. ETA, kanpora y Que se vayan, que se vayan son los eslóganes que los militantes de ETA y sus amigos deberían acostumbrarse a escuchar a partir de ahora.

, 8 de febrero

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