Huelga general y grandes manifestaciones populares contra el terrorismo de ETA en el País Vasco
La jornada de huelga general y las manifestaciones convocadas por la mayoría de las centrales sindicales y partidos políticos en Euskadi en respuesta al asesinato por ETA Militar del ingeniero José María Ryan alcanzó ayer en las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava un eco sólo comparable al obtenido en su día por los llamamientos de la oposición vasca a la movilización popular durante los últimos meses del régimen franquista y primeros de la transición. Particularmente significativa resultó la participación en las manifestaciones celebradas -bajo la lluvia, a partir de las cinco de la tarde- en Vitoria, San Sebastián y Bilbao, sólo comparables, respectivamente, a la concentración del 3 de marzo de 1976 en la capital alavesa y al Aberri Eguna de 1978 en las otras dos capitales vascas. Anoche, la empresa Iberduero comunicó que suspendía temporalmente su actividad en la central nuclear de Lemóniz, debido al «estado de angustia» de los trabajadores y de sus familias.
Los incidentes provocados anoche por contramanifestantes revistieron particular gravedad en San Sebastián, donde más de medio centenar de personas hubo de recibir asistencia sanitaria, entre ellas el ex lendakari Jesús María de Leizaola, de 84 años de edad, que fue alcanzado por dos pedradas que le provocaron fractura de clavícula y erosiones nasales.Unas 100.000 personas (150.000 según los organizadores y 200.000 según el Gobierno Civil y la Policía Municipal) participaron ayer en Bilbao en la manifestación que con el lema Euskadi: paz y libertad habían convocado PNV, PSOE, PC de Euskadi y Euskadiko Ezkerra y las centrales ELA-STV, CC OO y UGT (UCD y AP apoyaban). La manifestación discurrió en silencio y sin incidentes, en medio de una lluvia persistente.
Minutos antes de las cinco de la tarde, hora en que debía iniciarse la manifestación, el público dispuesto a participar en la misma se agolpaba en las aceras y en la propia calzada de la calle de la Autonomía (antigua Gregorio Balparda), cientos de metros por delante del lugar donde se había situado la cabecera. En la misma, y sosteniendo la pancarta -la única- con el lema Euskadi: paz y libertad, se habían situado dirigentes de las fuerzas convocantes, entre ellos Marcelino Camacho (CC OO) y Roberto Lertxundi (PCE), Txiki Benegas (PSE) y Nicolás Redondo (UGT), Mario Onaindía (Euskadiko Ezkerra), Alfonso Etxebarría (ELA-STV) y José María Makua, en su doble condición de presidente de la Diputación de Vizcaya y de militante del PNV. En el grueso de la manifestación pudo verse a presidente del PNV, Xabier Arzallus, y a algunos consejeros del Gobierno vasco.
Haciéndose paso por entre el público que inundaba la calzada -que debió ser retirado a ambos lados por un numeroso servicio de orden integrado por voluntarios de todas las fuerzas-, la cabeza de la manifestación pudo por fin echar a andar pasadas las cinco de la tarde. Tanto en ese momento como en todo el recorrido se mantuvo un casi absoluto silencio por parte de los integrantes de la manifestación y del numeroso público que presenciaba el paso de la larga columna.
Tras recorrer toda la calle de la Autonomía, rodear la plaza de Zabálburu y atravesar Hurtado de Amézaga, la cabeza de la manifestación llegó minutos antes de las seis de la tarde al parque del Arenal, que fue pronto totalmente ocupado por los participantes. En ese momento continuaban saliendo manifestantes del punto de partida. En el quiosco del citado parque, en el que se colocó la pancarta, se presentaron al público todos los dirigentes que habían marchado en cabeza. En ese momento se produjo acaso uno de los únicos conatos de incidentes habidos en la manifestación. Un grupo de jóvenes, desde un lateral del parque, que comunica con el casco viejo, increpó a los manifestantes tratando de romper la concentración. La reacción fue instantánea, y varios miembros del servicio de orden y algunos participantes espontáneos pusieron en fuga a los boicoteadores.
Como en la reunión habida por la mañana ni partidos ni centrales convocantes se habían puesto de acuerdo en la redacción de un comunicado conjunto, el acto concluyó con los gritos, dados por un dirigente socialista, de, Gora Euskadi y Gora Euskadi en paz y libertad, que fueron coreados con goras por todos los asistentes. La gran columna de manifestantes tardó en pasar por un punto concreto del recorrido 75 minutos, a paso rápido y con una considerable densidad de personas.
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Un grupo de contramanifestantes apedreó e hirió de gravedad al ex "lendakari"Leizaola en San Sebastián
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Varias decenas de miles de personas, que fuentes de los organizadores cifraban entre 30.000 y 50.000, señalando que se trataba de la mayor concentración humana de los últimos años, secundaron ayer en San Sebastián la convocatoria de partidos y sindicatos para protestar por el asesinato de José María Ryan. Un grupo de contramanifestantes, que sumaba un millar, provocaron graves incidentes y enfrentamientos violentos, en el curso de los cuales resultó herido de pronóstico grave el ex presidente del Gobierno vasco en el exilio, Jesús María de Leizaola.
La manifestación, !cuya convocatoria se sumaron en Guipúzcoa Unión de Centro Democrático (UCD), Partido Carlista de Euskadi (PC) y Democracia Cristiana Vasca (DCV), partió de los jardines de Alderdi-Eder, junto al Ayuntamiento, a las cinco de la tarde. El final de la marcha llegó al mismo punto dos horas más tarde. El desfile tardaba en pasar por un punto fijo del recorrido sesenta minutos, y se desarrolló en todo momento bajo la lluvia. La fuerza pública no hizo acto de presencia.
Marchaban en cabeza, precedidos de una gran ikurriña, los parlamentarios del Partido Nacionalista Vasco (PNV) Gerardo Bujanda, Andoni Monforte y Joseba Elósegui; los diputados socialistas Carlos Corcuera y José Antonio Maturana; Juan María Bandrés, de Euskadiko Ezkerra; Esteban Eguren, del Partido Comunista, el alcalde de San Sebastián y el presidente de la Diputación Foral de Guipúzcoa.
La manifestación efectuó un recorrido de varios kilómetros, en completo silencio, sin banderas ni pancartas, llegando hasta el barrio de Amara y cruzando luego el puente sobre el río Urumea, hasta el barrio de Gros, para regresar al punto de partida.
Los primeros incidentes se registraron cuando grupos reducidos, que proferían gritos a favor de ETA Militar, comenzaron a lanzar piedras contra los manifestantes en la calle de Peña Florida, cuando la cabeza se encontraba a gran distancia. Más tarde, los contramanifestantes se reagruparon, avanzando por calles paralelas a las que recorría la marcha más numerosa. Dos periodistas de La Gaceta del Norte, de Bilbao, fueron agredidos por los grupos provocadores, que les arrebataron de la cámara fotográfica que utilizaban un carrete.
Los incidentes de gravedad comenzaron cuando la cabeza de la manifestación se dirigía por la calle de Ramón María Lili hacia el puente del Kursaal. En este punto, sobre las 17.45 horas, grupos de contramanifestantes ocuparon el puente y cruzaron varios automóviles, formando barricadas.
Precedidos por varios centenares de jóvenes, algunos de los cuales exhibían porras de madera, los manifestantes avanzaron por el puente, deteniéndose a medio camino ante la lluvia de piedras de gran tamaño con que fueron recibidos. La indecisión terminó cuando se pudo ver desde el puente cómo era apaleado un hombre de edad por seis o siete jóvenes, a escasa distancia, en el sector contrario. Mientras se escuchaban gritos de «¡Adelante!» y «iA por ellos!», la cabeza de la manifestación persiguió al grupo opuesto, desalojándolo del extremo del puente. Se produjeron choques de gran violencia y peleas cuerpo a cuerpo, mientras seguían lloviendo piedras contra la manifestación que los integrantes de ésta devolvían.
Cuando los manifestantes habían ocupado ya el bulevar, en número de varios miles, la muchedumbre comenzó a gritar «Asesinos», «Cobardes», «Fascistas:. y «Policía para qué, si tenemos hachebé», mientras continuaban los enfrentamientos con piedras y tres ambulancias de la Cruz Roja y Asociación de Ayuda en Carretera evacuaban heridos.
Las escaramuzas se prolongaron hasta las siete de la tarde, en que la cola de la manifestación llegó al punto de partida, dándose la marcha por finalizada. Con posterioridad, grupos de jóvenes continuaron los enfrentamientos en el bulevar, el puerto y la parte vieja, con gritos y lanzamientos de piedras por ambas partes.
Al menos medio centenar de personas tuvieron que ser atendidas en el cuarto de socorro, Cruz Roja y ambulatorios de la Seguridad Social. Entre ellos se encuentra el ex presidente del Gobierno vasco en el exilio, Jesús María de Leizaola, que recibió dos pedradas. Uno de los impactos le fracturó la clavícula derecha, y otro le produjo contusión nasal con erosiones. Trasladado bajo una lluvia de piedras hasta el portal del Ayuntamiento, Leizaola fue trasladado en una ambulancia municipal al Hospital Provincial, donde fue escayolado y autorizado para regresar a su domicilio. El pronóstico es grave.
También resultaron contusionados por pedradas y golpes, entre otros, los parlamentarios Joseba Elósegui, Andoni Monforte, el alcalde de San Sebastián, Jesú María Alkaín, Carlos Corcuera y el secretario provincial de UGT, Antxón Asso.
Bandrés: "El fascismo se escuda en HB"
Representantes de las fuerzas políticas organizadoras de la manifestación, cuando aún se prolongaban los incidentes en el bulevar donostiarra, coincidieron en valorar positivamente la respuesta popular a su convocatoria, que calificaron de «masiva», y señalaron que los violentos enfrentamientos de ayer señalarán el principio de un amplio rechazo social a la estrategia violenta y a quienes la apoyan.
Entre las declaraciones destaca la de Juan María Bandrés, quien dijo: «Siempre he medido mucho las palabras, pero hoy digo sin ningún escrúpulo que son pocos, pero con procedimientos fascistas. El fascismo ha estado en las calles de San Sebastián, sin uniforme, escudado en las siglas de HB».
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