Deficiente organizacion en la Semana de Cine de Autor
Con un cierto clima de improvisación se inició el pasado fin de semana la XII Semana Internacional de Cine de Autor de Benalmádena, que se desarrolla en Málaga. En el acto inaugural, celebrado el viernes por la noche, tanto el presidente de la semana, el titular de la diputación de Málaga, Enrique Linde, como el director del certamen, Julio Diamante, hablaron de la necesidad de salvar el festival y de potenciarlo de cara a próximas ediciones. Y es que el Festival de Benalmádena, que tanto se significó en la época difícil, ha estado a punto de morir cuando en teoría deberían haber desaparecido para siempre los principales escollos con que ha de enfrentarse todo festival internacional de cine.Después de once ediciones con patrocinio económico del Ayuntamiento de Benalmádena, este año es la Diputación Provincial de Málaga el organismo que corre a cargo con la mayor parte de los gastos. El presupuesto es de diez millones de pesetas, de los que el Ayuntamiento de Benalmádena aporta dos. Se espera también -está prometida- una colaboración del Ministerio de Cultura. Enrique Linde justificó en el acto inaugural la controvertida decisión de trasladar el escenario del festival del Palacio de Congresos de Torremolinos a América Multicines, una sala comercial de la ciudad. «Nadie ha robado el festival a nadie», dijo, «sino que continúa siendo de todos y nuestra única intención es que no se pierda un acontecimiento cultural de esta magnitud».
En los pasillos del festival se comenta que Julio Diamante se ha resistido hasta última hora al traslado y que en buena parte esta resistencia es la responsable del retraso con que ha marchado todo. Pero tampoco la Diputación se salva de las críticas, pues queda muy claro que ha pecado de precipitación y de no haber sabido conseguir el debido asesoramiento. Así las cosas, lo único que se espera de esta edición es que se celebre al fin de la mejor forma posible, y que sea el punto de partida para una revitalización del festival en los años próximos.
La semana se abrió con la película El caso Huayanay, Testimonio departe, del peruano García Hurtado. Se trata de una película testimonial que narra el problema político de un grupo de campesinos de la región central de los Andes peruanos. El sábado, en sesiones de mañana y tarde, empezó el festival propiamente dicho, que incluye ciclos dedicados a los directores Imamura, Roman Karmen,
Thorndike y Manuel Gutiérrez Aragón, además de una amplia selección de películas de numerosos países agrupadas en Panorama. Hoy, un ciclo en recuerdo de Buster Keaton, y otro de homenaje a Picasso.
El cambio de escenario del festival parece ser el responsable de una menor asistencia de público, que hasta ahora sólo ha llenado las cinco salas de proyección el domingo. Ayer se presentaron doce películas, entre ellas La sucesión, del mexicano Alfredo Urrola, quien después de la proyección se reunió con los periodistas en una conferencia de Prensa.
Los organizadores, a pesar de reconocer que una de las características del festival de este año está siendo la deficiente organización, confían en que en los próximos días el certamen mejore en la doble faceta de un mayor ambiente y una mayor asistencia de público. Y, sobre todo, esperan que esta edición sirva para evitar los fantasmas de desaparición de la semana para sentar las bases definitivas de su relanzamiento.
Babelia
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