Los países de la OTAN exigirán una nueva negociación antes de aceptar la instalación de la bomba de neutrones
Un portavoz oficial de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) afirmó ayer en Bruselas que la construcción y despliegue de bombas de neutrones en el seno de la Alianza no había sido planteados aún por Estados Unidos. Lo único que existe hasta ahora, recordó, son las declaraciones de un ministro norteamericano en un asunto que concierne a Estados Unidos. Las primeras reacciones oficiosas al anuncio formulado por el secretario de Defensa norteamericano, Caspar Weinberger, se detectaron en las representaciones holandesa y de la República Federal de Alemania (RFA).
Fuentes próximas a los Países Bajos recordaron que Holanda no ha autorizado aún el despliegue de los euromisiles y que, ya en 1978, el Parlamento expresó su «sentimiento» ante la eventualidad de que Estados Unidos fabricara la bomba de neutrones.Portavoces oficiosos próximos a la RFA señalaron, por su parte, que si bien Helmut Schmidt se había pronunciado a favor de este nuevo ingenio nuclear cuando el presidente Jimmy Carter estudiaba su fabricación, «ha pasado mucho tiempo » y todo tendría que ser estudiado de nuevo, en el seno de la Alianza Atlántica, antes de que Bonn fijara su nueva posición. Las mismas fuentes insistieron repetidamente en que «no se trataba de una cuestión bilateral» entre la RFA y Estados Unidos.
Medios próximos a la OTAN señalaron, también, que la eventual fabricación de la bomba de neutrones debería ser encuadrada, en todo caso, en un contexto muy amplio, teniendo en cuenta que la Alianza ha aprobado ya la implantación de los Cruises y Pershing 2. Los «euromisiles», explicaron, surgieron, precisamente, después de que Carter anunciara que dejaba en suspenso la fabricación de la bomba N. La filosofía de los aliados, añadieron, es que debe restablecerse el equilibrio militar entre ambos bloques, pero en ningún caso rebasarlo por nuestra parte.
Medios diplomáticos se lamentaron de que el tema de la bomba de neutrones volviera a surgir en el preciso momento en que está aumentando en toda Europa el movimiento antinuclear. La bomba de neutrones, añadieron, ha sido rodeada de una gran emotividad y es previsible que se abra una nueva polémica en un momento muy poco oportuno.
La Administración Carter había aplazado indefinidamente la producción de la bomba de neutrones, ante la oposición de los aliados europeos a su inmediato despliegue en sus territorios, recordó ayer en Washington Jody Powell, ex portavoz de la Casa Blanca.
Las declaraciones de Powell a la cadena de televisión NBC, respondían a las críticas formuladas anteayer por Weinberger contra la anterior Administración.
La decisión de Carter, en 1978, se debió a la oposición de los aliados, especialmente la RFA, al despliegue inmediato del arma neutrónica en su territorio, aunque no estaban en contra de su producción por parte de Estados Unidos.
El antecesor de Ronald Reagan aplazó la producción del revolucionario armamento porque hubiera resultado muy caro tenerlo depositado en el Pentágono sin poder desplegarlo. Y además, explicó ayer Powell, se hubiera entregado «otra arma de propaganda a la Unión Soviética».
Contradicciones británicas
Los medios políticos británicos reaccionaron de forma contradictoria al anuncio del titular de Defensa norteamericano. En medios cercano a la jefatura del Gobierno, en manos de la conservadora Margaret Thatcher, se recibió el proyecto con interés. En el Foreign Office se subrayó que «la decisión final no ha de ser adoptada hasta que todos los aliados hayan sido plenamente consultados». Por su parte, añadió el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, el Reino Unido no proyecta fabricar por sí misma la bomba de neutrones.
En cambio, la izquierda laborista expresó su condena ante los planes adelantados por Estados Unidos, y el diputado Frank Allaun anunció la inmediata presentación en el Parlamento de una interpelación privada, dirigida al ministro de Defensa, John Nott, en la que hará especial hincapié en recalcar el peligro de que los países miembros del Pacto de Varsovia fabriquen también este armamento.
El Partido Conservador, antes de asumir el poder en las elecciones generales de 1979, se mostró partidario de la fabricación de la bomba N, por considerarla un arma necesaria para la defensa de Europa occidental.
Protesta en Nueva York
Por otra parte, la delegación soviética ante las Naciones Unidas emitió ayer un duro comunicado en el cual calificaba de «terrorista y organizada» la «campaña antisoviética» desatada recientemente en Estados Unidos, y la consideraba como un primer paso hacia «las agresiones físicas contra diplomáticos y ciudadanos soviéticos residentes en Nueva York».
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