Reagan ataca a la URSS con dureza en su primera conferencia de Prensa
En su primera conferencia de Prensa, celebrada anoche, el presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, atacó duramente a la Unión Soviética y afirmó que «la moral comunista justifica el crimen y la mentira».
Además de a la Unión Soviética, en política internacional el presidente se refirió a las relaciones con Irán y Latinoamérica, especialmente el Caribe, mientras que en política interior abordó casi exclusivamente el tema económico.Refiriéndose a la URSS, Reagan afirmó que «hasta ahora, la distensión ha operado en una sola dirección: a favor de la Unión Soviética. La distensión», continuó, «ha sido utilizada por Moscú para promover sus propios fines; es decir, una revolución global que convierta a todo el mundo al comunismo».
El presidente ha proclamado su adhesión a la teoría de la globalización (linkage) como directriz de las relaciones entre Washington y Moscú. Tal teoría, formulada la víspera por su secretario de Estado, Alexander Haig, pretende establecer un vínculo directo ente todos los aspectos de las relaciones entre las dos superpotencias.
Refiriéndose concretamente a las conversaciones sobre la limitación de las armas nucleares, el presidente norteamericano afirmó que «el tratado SAL II» permite un aumento del arsenal nuclear de las superpotencias. Si iniciamos negociaciones de este tipo con Moscú, será sobre la base de reducir los arsenales, no hacerlos más grandes».
En cuanto a Latinoamérica, Reagan dijo que «la situación en el Caribe ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos. Ejemplos como el de Jamaica, en que después de un período socialista el pueblo ha decidido volver a un sistema de democracia capitalista occidental, han abierto a Estados Unidos las puertas para un cambio de poIítica», comentó el presidente.
«El objetivo de ésta política», continuó, «es conseguir que sigan fieles a Occidente países que podrían sentir la tentación de inclinarse al socialismo» y, concretamente, «mantener a países como Jamaica en el mundo libre».
En relación con Irán, dijo que «Estados Unidos no está planteando ningún tipo de venganza y piensa cumplir los compromisos firmados».
Reagan aclaró que dichos compromisos son muy complejos, «y están siendo estudiados para comprobar que su cumplimiento es acorde a las leyes norteamericanas e internacionales. En este momento todavía no sé si en el futuro será posible una reconciliación con Irán», añadió.
El presidente pasó revista a la economía norteamericana y señaló que «quiero que todo él mundo sepa que hemos empezado a trabajar para controlar el monstruo de la inflación».
Reagan anunció la supresión del Consejo para el Control de Precios y Salarios, agencia gubernamental que hasta ahora ha jugado un importante papel en la dirección económica de Estados Unidos.
Al mismo tiempo señaló que, «con profunda tristeza», ha pedido al Congreso un aumento de la deuda pública del país hasta 895.000 millones de dólares.
Hablando del terrorismo internacional, Reagan fue más ambiguo y literario que el martes, cuando prometió responder «rápida y eficazmente» a toda amenaza terrorista sobre diplomáticos norteamericanos. El presidente contestó a una pregunta afirmando: «Somos una nación fuerte y poderosa con muchas posibilidades de acción ..., quienes en el futuro violen nuestros derechos no podrán dormir tranquilos más».
En relación con el embargo de cereales a la URSS, practicado desde enero de 1980 como réplica de Carter a Moscú por la intervención soviética en Afganistán, dijo que es un asunto «bajo estudio».
Como nota humorística -que recuerda un poco los lapsus del ex presidente Gerald Ford-, Ronald Reagan confundió el Mediterráneo con el Caribe cuando habló de la «penetración comunista» en la zona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.