Realiza tres atracos utilizando como rehén a un directivo de la Caja de Ahorros Vizcaya
En poco más de tres horas, un joven -al parecer se identificó como miembro de un comando de ETA- perpetró tres atracos, con un botín de más de dos millones y medio de pesetas, en otras tantas entidades de ahorros, utilizando como rehén al director de una sucursal de la Caja de Ahorros Vizcaína, al que había secuestrado a la puerta de su domicilio.
Cuando hacia las 8.30 de ayer salía de su domicilio Juan Ignacio Soldebilla, director de la sucursal que la Caja de Ahorros Vizcaína tiene en la calle de Gregorio Balparda, de Bilbao, fue abordado por un desconocido de unos treinta años de edad, de 1,75 de estatura aproximadamente, con algunas canas y gafas graduadas, que le mostró una carta supuestamente sellada por ETA Militar, en la que se le exigía el pago del denominado «impuesto revolucionario».A punta de pistola, el desconocido le obligó a regresar a su domicilio, al que minutos después llegó otro joven encapuchado, de aproximadamente 1,80 de estatura, que vestía jersey blanco y pantalón vaquero, que no exhibió arma alguna. Mientras este último se quedaba en la casa vigilando a la esposa y los tres hijos del secuestrado, el otro desconocido se llevó al directivo a la calle y en su coche, un R- 12, lo condujo hasta la sucursal de la Caja de Ahorros Vizcaína de la plaza de Zabálburu, de Bilbao. Allí, con amenazas al secuestrado y a su familia, intentó atracar la entidad, objetivo que no pudo lograr por falta de fondos, dada la temprana hora.
En este asalto y en los que se sucederían minutos después, únicamente penetró en las diversas instalaciones de la caja el directivo secuestrado, quien solicitaba dinero para su sucursal, mientras le aguardaba en la calle uno de los extorsionadores y su familia permanecía bajo control del joven encapuchado.
Más éxito obtuvo el atracador en las visitas que realizó luego su rehén a tres sucursales más de la Caja de Ahorros Vizcaína, situadas en las calles bilbaínas de San Francisco, Ciudadela y Gregorio Balparda (de la que es director el secuestrado), de las que se llevó, respectivamente, 700.000, 1.000.000 y 900.000 pesetas.
El desconocido decidió intentar por dos veces más el atraco en la sucursal de la plaza de Zabálburu, donde nuevamente vio fracasar su objetivo por la falta de fondos.
Desde allí, el atracador llevó al director secuestrado hasta las afueras de Bilbao, concretamente al barrio de Zorroza, donde le dejó en libertad, tras ordenarle que no denunciara los hechos hasta una hora después. La misma orden daría el joven encapuchado a la mujer y a los hijos del secuestrado.
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