_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Profecías sobre la confusión

Manuel Vicent

En 1981 comenzará a ser un manjar exquisito las croquetas de serrín con cuellos de pollo, los pobres seguirán siendo educados y llamarán todavía con cierta dignidad a la ventanilla del coche en un alto del semáforo, los ricos tendrán grandes oportunidades de dar limosna mientras se dirigen al banco a pedir un nuevo aplazamiento a la ejecución de la hipoteca, morirán de avitaminosis los profetas exóticos que reparten folletos hindúes en las estaciones del Metro, los funcionarios darán la primera vuelta al gabán, habrá colas ateridas en las paradas del autobús, las abuelas de la clase media zurzirán calcetines sobre el brasero de picón, florecerá de nuevo el catolicismo y las marquesas pondrán en subasta las cuberterías. Aun así se puede ser feliz a base de mermelada casera y de los embutidos que manda el sobrino del pueblo.España debe aspirar en 1981 a una pobreza soleada, aseada y compartida, sin mendigos industriales a lo Dickens ni locos modernos que vacíen desde la azotea sobre ciudadanos indiscriminados todo el cargador del rifle. Se sabe ya perfectamente lo que ocurrirá fuera. Siete estrellas del rock caerán dobladas por la sobredosis contra la taza del retrete, algún tren de pasajeros y gallinas se despeñará en un acantílado del tercer mundo, un payaso lloroso matará a 35 niños y los irá enterrando uno a uno en el jardín de casa, serán baleados tres tiranos negros, habrá terremotos al pie de los Andes o en la cornisa del Mediterráneo, navegará la Sexta Flota sobre un caldo funerario y en Occidente el petróleo comenzará a venderse en farmacias bajo receta sólo para untar los pies de los enfermos desahuciados. Por supuesto, nada de esto va a ocurrir aquí.

Un muermo de pan de higo

Nuestro calendario de 1981 es muy fácil de pronosticar dentro de un muermo de pan de higo. Como el confusionismo de UCD es el escudo protector de Suárez, se supone que seguirá la confusión. Como la izquierda es un ave que se alimenta espiritualmente de su propio hígado, es probable que esta vez al pelícano de Carrillo lo pongan en pepitoria. Como la democracia es un régimen demasiado duro con todas las heridas a flor de piel, lo más seguro es que la plaza de Oriente se volverá a llenar de ciudadanos pidiendo anestesia. España está condenada a ser un país pobre con buen clima, mujeres guapas, un vino aceptable y una situación estratégica privilegiada, que es cuanto Dios concede a los que aspiran a entrar en la OTAN sin tener mantequilla ni ríos navegables. Todo irá bien en 1981. A España, como siempre, la acabará salvando el pesimismo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Manuel Vicent
Escritor y periodista. Ganador, entre otros, de los premios de novela Alfaguara y Nadal. Como periodista empezó en el diario 'Madrid' y las revistas 'Hermano Lobo' y 'Triunfo'. Se incorporó a EL PAÍS como cronista parlamentario. Desde entonces ha publicado artículos, crónicas de viajes, reportajes y daguerrotipos de diferentes personalidades.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_