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Abdu Diuf, nombrado presidente de Senegal tras la dimisión de Leopold Sedar Senghor

Tras veinte años de poder ininterrumpido, el presidente de Senegal Leopold Sedar Senghor, renunció a sus funciones el pasado miércoles, en el curso de una ceremonia celebrada ante el Tribunal Supremo de Dakar. Conforme a su voluntad, el hasta ahora primer ministro, Abdu Diuf, 45 años, se convierte en el segundo jefe de Estado de ese país africano desde que Senegal accediera a la independencia.

«Tras haber reflexionado largamente, he decidido dimitir de mis funciones de presidente de la República». Estas fueron las primeras palabras de una breve alocución pronunciada por Senghor ante el Tribunal Supremo, en medio de un ambiente cargado de dramatismo y emoción, según los testigos.Senghor calificó, posteriormente, su dimisión como una «jubilación anticipada» y se refirió a su intención de dedicarse, en adelante, a la constitución de una Internacional Socialista africana». Apreciado en su país y conocido en el exterior por sus capacidades intelectuales y su rigidez de espíritu, su iniciativa ha sido considerada como una decisión sin precedentes por parte de un jefe de Estado africano en la historía del continente negro.

Poeta, filósofo y hombre político, Senghor se formó culturalmente en Francia y no renunció a defender la lengua francesa, decretó incluso su enseñanza obligatoria en Senegal, a partir de 1976, seis años después de la independencia del país.

Con anterioridad, durante los años que pasó en la capital francesa, se adhirió al partido socialista y fundó un movimiento denominado La Negritud, destinado a subrayar el rechazo del hombre africano a la política colonial de asimilación cultural y como un grito de revuelta frente a una civilización occidental que, según entendía el futuro presidente de Senegal, «no estaba dispuesta a reconocer una civilización propia a los negros».

Posteriormente, Senghor afirmaría que al fundar La Negritud no deseaba auspiciar una base de rechazo a las relaciones con el hombre blanco ni crear una entidad ideológica revolucionaria, sino instituir una manera concreta de perfeccionar la existencia del hombre negro, capaz de facilitar la creación de un entorno material y psicológico autóctono.

En los últimos años, Senghor ha estimado, de forma reiterada, que su cultura francesa le predisponía a defender un proyecto de comunidad orgánica de lengua francesa, o Commonwealth ala francesa para la que recabó el apoyo del presidente Giscard d'Estaing, autor de ese proyecto de francofonía «operacional». El presidente Senghor ha lamentado recientemente la negativa del Gobierno canadiense a autorizar a la provincia francófona de Quebec a participar en una reunión de ministros de Asuntos Exteriores de los países francófonos, que debía tener lugar el pasado mes de diciembre, en Dakar, para sentar las bases de la referida mancomunidad.

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Su sucedor designado, Abdu Diuf, ha sido preparado por el propio Senghor para dirigir el país desde que en 1976 decidiera reformar la Constitución, en lo que concierne al proceso de designación de presidente.

Por su parte, el jefe del Partido Democrático senegalés, Abdulaye Wade, quien dirige la oposición parlamentaria, ha acusado a Senghor de haber abandonado «un navío a la deriva», y se refirió a la difícil situación económica que atraviesa el país.

Wade, quien ha reclamado infructuosamente la celebración de elecciones presidenciales antes de 1983, cuando finalice el mandato de Diuf, subrayó hace poco que la dimisión de Senghor se produce en un momento en que Senegal «se halla en una situación de bancarrota financiera y crisis económica».

En su opinión, la salida de Senghor desembocará incluctablemente en un resurgimiento de las tendencias «golpistas» del Ejército senegalés, que podría traducirse en un «baño de sangre».

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