Aplauso interminable a Victoria de los Angeles
Se han cumplido 35 años de la preentación de Victoria de los Angeles en Madrid, motivo por el que la joven asociación cultural Padre Soler, de El Escorial, ha querido conmemorar con un homenaje patrocinado por la Reina de España. Bien dijo Victoria de los Angeles que, desde el comienzo de su carrera, se ganó el corazón y el entusiasmo de los madrileños. Lo recordó al final del homenaje celebrado anoche en el Real, en el que con Victoria hubo un gran protagonista: el aplauso unánime e interminable. Antes de que cantase Victoria, acompañada por Miguel Zanetti, la Orquesta de Cámara Española, con Francisco Corostola al clave, hizo sonar el Tercer Quinteto, de Antonio Soler; Andrés Segovia renovó el sonido increíble de su guitarra en obras de Villalobos, Haydn y Chaikosky, y Luis Galve explicó el plano hecho de geografía, danza y romanticismo de Enrique Granados.Tras la breve ofrenda de los organizadores, José Luis Pérez de Arteaga, crítico, dijo bellas cosas sobre Victoria de los Angeles. El teniente de alcalde, Barrionuevo, mostró su entusiasmo por la gran soprano española, a la que impuso la medalla de Madrid, recientemente concedida por el Ayuntamiento. Escuchamos la voz de los catalanes en Madrid y el mensaje del municipio barcelonés. Y, en fin, con sencillas y medidas palabras, Victoria de los Angeles se refirió a su ascendencia andaluza y castellana, que la sitúa en un gran triángulo formado por Barcelona, Andalucía y Castilla, con el centro en este Madrid que le ha rendido adhesión.
Concierto homenaje a Victoria de los Angeles
Orquesta de Cámara Española. Director: Víctor Martín. Solista: Francisco Gorostola. Andrés Segovia y Luis Galve. Victoria de los Angeles, con Miguel Zanetti (pianista). Teatro Real. 17-12-1980.
Centro del acto y a la vez justificación definitiva fue el recital de Victoria, que nos habla de la vitalidad de un estilo, la unicidad de una personalidad artística, la fuerza de un sentir y hacer que tornan inmediatamente en magisterio. De la gracia leve, de La violeta, de Scarlatti, a la elegancia con que fue dicho el Polo, de Manuel de Falla, trazos importantes en la historia de la música vocal de cámara, fueron pidiendo a la intérprete nuevas actitudes, diferente garbo en la dicción, distinta vía de penetración psicológica: un aunar lo poético y lo dramático, el idioma y los pentagramas que de él se desprenden.
El Nogal, de Schumann; la Nana, de Brahms; la Canción hebrea, de Ravel; el Cantar del alma, de Mompou, o el Villancico, de Rodrigo, tuvieron prolongación, solicitada por el público, en la segunda de Carmen, de Bizet, dicha al modo renovador con que Victoria de los Angeles hace elegante el desgarro popular.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.