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Los obispos polacos piden a los disidentes que no pongan en peligro la soberanía y la libertad del país

El episcopado polaco dio ayer su apoyo moral a la «Iínea renovadora» emprendida por el partido comunista (POUP), al advertir a los disidentes -sin evitarles- contra toda acción que pueda poner en peligro la libertad y la soberanía del país.

«Somos favorables a la renovación dentro de la legalidad constitucional que existe actualmente», afirmó Aloizy Orszulik, portavoz del episcopado, al facilitar a la Prensa el comunicado final de la 177ª, reunión de los obispos polacos.La jerarquía católica de esta república socialista insiste en que la situación «requiere de una firme voluntad de oponerse a cualquier intento de frenar el proceso de renovación nacional, de sembrar la discordia en el seno de la sociedad y de pretender que las dificultades existentes beneficien a intereses ajenos a los de la nación y del Estado».

La advertencia episcopal alude así a las críticas lanzadas por las autoridades del país contra ciertos «elementos extremistas», que, según las mismas, se esfuerzan en desviar al sindicado Solidaridad de la vía socialista.

Concretamente, el comunicado de los obispos alude, según confirmaron fuentes allegadas a la Iglesia polaca, a los disidentes, y muy en particular a la Confederación por una Polonia Independiente (CPI), cuyo presidente, Leszek Moczulski, se encuentra detenido desde el 23 de septiembre. Asimismo, la referencia afecta a ciertos miembros del Comité de Autodefensa Social (KOR), y en particular a Jacek Kuron, cuyas declaraciones han provocado viva conmoción en los países vecinos.

A este respecto, el líder sindical Lech Walessa ha declarado, a la cadena de televisión norteamericana ABC que Solidaridad «no se bate por una organización política», sino por «el derecho del pueblo a expresarse». La comisión nacional coordinadora de la confederación obrera independiente ha solicitado la liberación de «todos los prisioneros políticos», entre ellos siete miembros de la citada CPI, acusados de querer derrocar al actual sistema político.

En la misma entrevista, Walessa acusa a la Unión Soviética de ejercer «presiones provocadoras» sobre Polonia, aunque asegura no «temer a los rusos». El carismático líder de los trabajadores polacos se compromete a no convocar de inmediato nuevas huelgas, «a menos que: el propio sindicato se vea amenazado», según ha manifestado. Al declararse contra toda represión por supuestos delitos de opinión, fuentes del episcopado advierten sobre la necesidad de saber «dónde finalizan los propósitos inofensivos y dónde comienzan las declaraciones que puedan constituir un verdadero peligro en este momento».

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Gran concentración el martes

Tras confirmar que el peligro de una intervención militar exterior en Polonia es «real», los medios eclesiásticos se remiten al comunicado de la Conferencia Episcopal en el que se invita a los polacos a conmemorar, «en un clima de seriedad y profunda reflexión, sobre las experiencias por las que acaba de atravesar Polonia», «los dolorosos incidentes» ocurridos en 1970 en la costa del Báltico (más de cuarenta muertos en enfrentamientos con las fuerzas de seguridad), cuyo aniversario se celebrará en Gdansk el próximo martes. Ayer se anunció asimismo la expulsión de uno de los corresponsales de la agencia norteamericana Associated Press en Varsovia, el jefe de la delegación de Viena, Stephen Miller, al que las autoridades polacas indicaron que le sería imposible obtener un nuevo visado antes de esa fecha, martes 16 de diciembre. En un alarmista informe publicado en Estados Unidos por el matutino The Boston Globe se cita ese día como el supuestamente previsto por la Unión Soviética para emprender una «acción militar» en Polonia, bajo el disfraz de «unas maniobras conjuntas». El diario indica que las tropas soviéticas y checoslovacas, tras ser «invitadas» por el comando militar conjunto del Pacto de Varsovia, se unirán a las divisiones polacas, que correrán con el grueso de las operaciones, para llevar a cabo una espectacular «manifestación de fuerza», con fines intimidatorios.

Fracasa un secuestro aéreo

Ayer fracasó una tentativa de secuestro de un avión polaco, por cinco jóvenes, que hacía el trayecto Cracovia-Gdansk. Los jóvenes llegaron al aeropuerto provistos de una granada, un revólver y un cuchillo, que dejaron en los lavabos antes de ser registrados. Los cinco fueron detenidos en el interior de un Antonov 26 antes de despegar.

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