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La discrepancia social de Quevedo, analizada en el congreso de Salamanca

«La tendencia a la discrepancia y su dualidad o ambigüedad ideológica constituyen algunos rasgos característicos de la mentalidad de Francisco de Quevedo, influida por la situación social de su época, de la que discrepa y a la que quisiera reformar en lo posible». Sobre este planteamiento, en el que ya habían incidide otros participantes en el simposio-homenaje a Quevedo que se celebra en la Universidad de Salamanca, abundó el académico de Historia, José Antonio Maravall profesor de la Universidad Complutense.Esta dualidad, hecho común entre los escritores barrocos por su conciencia de la historicidad del mundo político, se presenta en Quevedo con mayor patetismo que en otros casos. Sin embargo, el pensamiento de Quevedo, reflejado sobre todo en La hora de todos, su obra política más significativa, está lejos del inmovilismo tradicional que se le atribuye.

«En las críticas que Quevedo formula contra la Iglesia y la milicia, soportes básicos de la Monarquía -y de las que sólo se salva la institución papal-, y sobre todo en las que dirige contra la nobleza -"la vanidad de los príncipes, la codicia de los jueces y el odio a los poderosos"-, se advierte de alguna manera el principio de una lucha social», dijo José Antonio Maravall en su conferencia, una de las más interesantes que hasta ahora se han desarrollado.

Frente a una mentallidad conservadora, dispuesta siempre a apuntalar el orden establecido, que tiene como puntos más significativos la oposición a un modelo de sociedad de consumo expansivo a toda pretensión de cambio del orden jerárquico, en Quevedo existe, según el profesor Maravall, otra línea de pensamiento más personal, ajena a los tópicos de la época, abundantemente utilizados por el escritor con fines satíricos.

Una de las comunicaciones más curiosas la protagonizó el archivero de la catedral salmantina, Florencio Marcos, quien informó sobre la existencia en Salamanca de un archivo de Quevedo, propiedad de la descendiente del escritor Amalia Morais Mendizábal, y al que no han tenido acceso los especialistas. En este archivo, «pequeño, parcial, sobre asuntos muy determinados», se encuentran documentos de los siglos XVI, XVII y XVIII.

La segunda jornada del simposio-homenaje a Quevedo comenzó con una conferencia de Víctor García de la Concha, catedrático de Literatura de Salarnanca y director de la Academia. Literaria Renacentista, organizadora de estas jornadas, cuyo interés queda refiejado en la masiva asistencia.

El profesor García de la Concha trató sobre «Quevedo exegeta y moralista», y realizó un comentario sobre El Job. Destacó el hecho de que este libro es el primero y único del escritor en el que existe una gran construcción estructurada.

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