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El PC italiano sugiere su ruptura con Moscú en caso de invasión

Juan Arias

El Partido Comunista italiano ha tomado postura oficialmente contra toda intervención militar en Polonia, sugiriendo incluso la posibilidad de una ruptura con Moscú si aquélla se produjese.

Vadim Zagladin, uno de los mayores responsables de la sección de política exterior de la Unión Soviética, se entrevistó ayer en Roma con el secretario general del Partido Comunista italiano, Enrico Berlinguer. En los días anteriores, el líder soviético había hablado con varios miembros de la dirección del partido, como Giancarlo Pajetta, Paolo Bufalini, Antonio Rubbi y Rodolfo Mechini.

El líder soviético había llegado a Italia con la excusa de participar en el congreso, del partido comunista de la minúscula República Independiente de San Marino. En realidad, siendo uno de los brazos derechos del premier soviético, ha llegado a Italia, como han subrayado todos los comentaristas políticos, «para sondear los puntos de vista del partido comunista más importante de Occidente sobre la cuestión polaca».

El partido comunista dio ayer a la Prensa un comunicado oficial del encuentro de Zagladin con los líderes comunistas italianos que es de una frialdad increíble. Dice que se ha tratado de un «diálogo largo y franco» y que los representantes del Partido Comunista italiano «han expresado con franqueza sus opiniones sobre los temas internacionales de mayor actualidad, y han insistido en particular en las respectivas posiciones en relación a los acontecimientos que tienen lugar en la República Popular polaca». No existe en el comunicado ni siquiera la palabra diplomática «cordialidad».

Clarificación definitiva de la postura del PCI

La posición del partido de Berlinguer en relación a una posible invasión soviética de Polonia la habían expresado abiertamente días atrás los miembros más significativos de la dirección del partido, los cuales habían pronunciado la palabra definitiva. Habían dicho que en caso de una intervención militar, las consecuencias para las relaciones entre el Partido Comunista italiano y la Unión Soviética habrían sido «irreparables». Hay quien asegura que fue esa palabra la que hizo venir a Roma a Vadim Zagladin, el cual afirmó en el congreso de San Marino que la Unión Soviética tenía el deber de defenderse «contra los ataques imperialistas». Le había respondido ya entonces, antes de los coloquios romanos, un miembro de la dirección del partido de Berlinguer, Michele Ventura, quien afirmó que «no hay otros caminos en Polonia sino el hacer palanca sobre el consenso y sobre la participación popular, garantizando al país la autonomía y evitando cualquier injerencia externa».

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