El coronel derechista Gutiérrez, auténtico hombre fuerte de El Salvador

La destitución del coronel Majano como miembro de la Junta salvadoreña continúa sin recibir confirmación oficial, aunque todos la dan por hecha. Un comunicado de la presidencia, facilitado a última hora del lunes, se limitaba a señalar que la Junta está analizando los últimos acontecimientos ocurridos en el país y que tomará las medidas que considere necesarias, pudiendo llegar a la remodelación de los más altos órganos de Gobierno.El país ha entrado en un compás de espera tras la aceleración de acontecimientos, del pasado fin del semana. Una delegación de la Junta -inicialmente iban a ser todos sus miembros- se trasladó ayer a Tegucigalpa, donde hoy serán intercambiados los protocolos del tratado de paz entre Honduras y El Salvador, en presencia de delegaciones de Estados Unidos, Venezuela, Colombia, Nicaragua, Costa Rica y Guatemala. La representación norteamericana, será asumida por la misión especial que llegó a San Salvador el sábado.

Se piensa aquí que cualquier cambio en la Junta o en el Gobierno se aplazará hasta que regrese de Honduras la delegación salvadoreña, a fin de no empañar el realce oficial que el Gobierno intenta dar a este tratado de paz.

Fuentes militares han confirmado, sin embargo, que es el coronel, Jaime Abdul Gutiérrez, representante en la Junta del sector castrense conservador, quien se ha erigido en auténtico hombre fuerte del Ejército. La votación celebrada el sábado entre la oficialidad habría tenido así el carácter de un voto de confianza para que el coronel Gutiérrez asuma la plena representatividad de las fuerzas armadas y aborde la reestructuración que sea necesaria.

Lo que está por ver es cómo discurre la negociación entre las fuerzas armadas y el Partido Demócrata Cristiano. También este tema parece congelado de momento, y bastantes observadores piensan que el ultimátum democristiano correrá la misma suerte que otras exigencias planteadas por este partido a las fuerzas armadas. Esto es, habrá una solución de compromiso que dejará las cosas como están y que les permitirá seguir ocupando sus puestos en la Junta y en el Gobierno.

Cambiar algo para que todo siga igual se ha convertido en la suprema norma política de este país. Evitar los crímenes de la extrema derecha, que era el fondo del ultimátum democristiano, difícilmente puede pasar de ser un buen propósito para un Ejército que mantiene en puestos clave a oficiales ultraderechistas, mientras depura a los moderados.

El coronel Majano, que encabeza este sector, se encuentra cada día más aislado y acosado, sin atreverse práctícamente a salir de su casa.

Una delegación de la Democracia Cristiana mantuvo ayer una reunión con el coronel Gutiérrez. Fuentes de ese partido señalaron que el dirigente militar se habría negado a que se hiciese una investigación sobre el asesinato de las cuatro monjas norteamericanas en la que se implicase directamente al Ejército.

Según las mismas fuentes, el coronel Gutiérrez se habría negado también a la petición democristiana de que fuesen destituidos el ministro de Defensa, coronel García, y el subsecretario del mismo departamento, coronel Carranza.

En cambio, Gutiérrez habría efectuado una contrapropuesta según la cual, la Junta cívico-militar sería sustituida por un presidente, el democristiano Napoleón Duarte, que tendría como ministro de Defensa al coronel Gutiérrez, y trasladaría a la jefatura del Estado Mayor al coronel García.