La OTAN aprobará hoy nuevas medidas para disuadir a Moscú de intervenir en Polonia
La Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se dispone a poner hoy en «estado de alerta» su fuerza naval permanente, en previsión de que la Unión Soviética invada Polonia. La noticia no fue desmentida ayer, por el ministro de Defensa de la República Federal de Alemania, Hansi Apel, quien, al término de la reunión del «eurogrupo» (países europeos miembros de la OTAN), se limitó a declarar: «La situación en Polonia será estudiada mañana (por hoy) en el seno de la reunión del Grupo de Planes de Defensa».
El ministro de la RFA añadió, sin embargo, que había que procurar que no aumente más la tensión y que los aliados no darían ninguna «excusa» a la URSS. «Hay que actuar de forma prudente», afirmó.La fuerza naval permanente de la OTAN está integrada por ocho navíos (Estados Unidos, Canadá, Gran Bretaña, Holanda, RFA, Dinamarca, Noruega y Bélgica) y actúa normalmente en el mar del Norte y el Atlántico. En ocasiones ha hecho acto de presencia en el mar Báltico, y se cree que en esta ocasión se dirigía hacia la isla danesa de Bornhom, el mejor centro de escucha de los aliados para seguir los acontecimientos polacos.
Esta y otras medidas similares, que parece que pueden aprobar hoy los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica, se justificarían, según fuentes oficiosas, como «medidas de precaución». La OTAN, añaden las mismas fuentes, no puede reaccionar militarmente ante una eventual invasión de Polonia, pero la paulatina aproximación de al menos treinta divisiones soviéticas a las fronteras occidentales obliga a adoptar medidas militares «de precaución», «para prevenir», explican medios atlánticos, «una extensión de la actuación de las fuerzas del Pacto de Varsovia».
La alerta no afectaría a las tropas, norteamericanas, según fuentes del Pentágono citadas ayer por el diario The Washington Post, que titulaba en primera página y a toda plana: «Aumenta la inquietud sobre los planes soviéticos en Polonia»,
El matutino norteamericano califica el posible «estado de alerta» (que da por hecho) como medida de precaución, insistiendo en que ni Estados Unidos ni los aliados europeos podrían actuar militarmente para impedir o frenar una intervención del Pacto de Varsovia.
Psicosis norteamericana
Esta posibilidad se maneja crecientemente en Estados Unidos. La Casa Blanca anunció el domingo que la URSS «ha culminado todos los preparativos» para intervenir militarmente, lo que «podría ocurrir en cualquier momento». El presidente Jimmy Carter lanzó un nuevo y alarmante aviso al Kremlin, recordando las graves consecuencias que tendría la intervención, tras sendas reuniones de urgencia con el Consejo Nacional de Seguridad y los líderes del Congreso.
Los sistemas de comunicación entre los cuarteles generales de la URSS, Checoslovaquia, Alemania Oriental y las tropas estacionadas en las fronteras polacas «han alcanzado el máximo de su preparación y funcionamiento», subraya un informe del Pentágono citado por The Washington Post.
No obstante, los estrategas norteamericanos reconocen la posibilidad de que la concentración de tropas del Pacto de Varsovia pueda «tener un mero carácter coercitivo» para «presionar a los obreros polacos».
La URSS mantiene dos divisiones en Polonia, veinte en Alemania del Este, cinco en Checoslovaquia y 33 en los distritos próximos a la frontera polaca, el doble de lo que sería necesario, según cálculos del Pentágono, para llevar a cabo la ocupación de Polonia.
Los expertos menos alarmistas ven en el viaje que ayer inició a la India el presidente soviético, Leonidas Breznev, una señal inequívoca de que la intervención no es inminente, aunque la Casa Blanca reitere a diario sus llamamientos al Kremlin para no incurrir en el mismo error del año pasado, cuando se calló ante los preparativos que hacían presagiar la invasión de Afganistán.
Entre tanto, en Varsovia, la Prensa denuncia «la campaña histérica» lanzada por sus colegas occidentales en torno a «una supuesta amenaza de intervención militar desde el exterior en los asuntos polacos», en palabras del diario Zycie Warszawy.
Pero en Moscú, la agencia Tass siguió ayer advirtiendo contra las actividades de «grupos contrarrevolucionarios que se esconden bajo la cubertura de las secciones locales del sindicato Solidaridad».
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