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Vigilancia occidental sobre Polonia

Cualquiera que sea la decisión final del Kremlin, nadie podrá pretender en Moscú, o en otra parte, que no ha sido advertido. Los avisos, contra una intervención extranjera en Polonia han adquirido estos días últimos tal amplitud que se puede hablar de alarma general del mundo occidental. Después de la firme declaración del Consejo Europeo de Luxemburgo, Carter juzgó que era necesario hacer saber que la conducta de Moscú en Polonia determinará la política americana hacia la URSS. (...)El precedente checo explica la mayor «audacia» que demuestran en esta etapa los occidentales. Durante la primera mitad de 1968, nadie osaba hablar en Occidente públicamente de Checoslovaquia por temor de parecer inmiscuirse en los asuntos de ese país y justificar las acusaciones de colisión entre el imperialismo y las fuerzas antisocialistas. ( ... )

El motivo inmediato de inquietud es el ruido de botas que se oye desde hace una semana a las puertas de Polonia, confirmado por la prohibición de la zona frontera de la República Democrática Alemana a los extranjeros y por el anuncio de maniobras de las que nadie se atreve ya a decir, después del precedente checoslovaco, que sólo van destinadas a intimidar. Es evidente que el Ejército Rojo ha puesto en estado de alerta y reforzado las trienta o treinta y cinco divisiones estacionadas alrededor de Polonia con el fin de ejecutar rápidamente la orden de marcha que le sería dada por las autoridades supremas.

Esto no significa que esta orden sea inminente. Entre los signos más tranquilizadores señalaremos el hecho de que las limitaciones impuestas a los desplazamientos en la República Democrática Alemana terminarán oficialmente el 9 de diciembre, y que en la víspera, Breznev partirá para la India. ( ... )

El Kremlin podría liquidar este histerismo occidental oponiendo un firme mentís a los rumores y afirmando rotundamente que no habrá intervención soviética.

5 de diciembre

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