Viudas de guerra
A la vista de lo mucho legislado sobre mutilados y viudas de la República, algunos pensarán que disfrutamos de sustanciosas pensiones, cuando la verdad es que tenemos -las que ya cobran- beneficios económicos muy inferiores a los del banco franquista. Aún unos son nacionales, y los otros, rojos. Los primeros, vencedores, y nosotros, vencidos, recibiendo unos y otros el trato correspondiente -según su criterio- a tal condición.Viene a cuento decir esto por la última jugarreta que nos han hecho, suspendiendo el pago de ciertos atrasos de nuestras pensiones.
El experto en recortar pensiones a los más débiles, el ministro de Hacienda, aplaza el pago de la diversidad de atrasos que venimos sufriendo, fraccionando el pago en cuatro o cinco años, cuyo primer plazo se efectuará dentro de un año y medio, o sea en abril de 1982; aunque, muy generoso, ofrece un interés de un 8%.
La Administración -hay que reconocerlo- realizó un gran esfuerzo para acelerar la tramitación de expedientes de viudas, un excelente equipo ha hecho un meritorio trabajo para despachar con rapidez las solicitudes presentadas, pero, a pesar de sus buenos deseos, no ha habido tiempo para tramitarlas todas, y ahora el golpe que recibimos las viudas es contundente.
En el año 1978 se concedió un real decreto que señalaba una pensión de 7.172 pesetas; en 1979 fue aumentada a 9.460 pesetas y se reconocía una antigüedad desde 1976, única cosa positiva que alivió la situación de compañeras.
¿Es de justicia dejar a estas mujeres con tan tremendo desengaño, después de la ilusión experimentada al ver, pasados tantos años, reconocidos en parte sus derechos?
El Gobierno puede estar satisfecho de su obra, nosotros lucharemos contra ello./ (vicepresidenta de la Liga de Cataluña de Mutilados y Viudas de Guerra).
