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Los poderes naturales de una parapsicóloga, objeto de estudio científico en la URSS

Importantes científicos de la Unión Soviética han iniciado una investigación sobre los métodos curativos de la parapsicóloga georgiana Dschuna Dawitashwili, cuyos poderes naturales, basados en una enorme potencia bioenergética en las manos, han servido para curar a gran número de enfermos. Según asegura el New York Times, el propio jefe de Estado, Leónidas Breznev, se somete a estos métodos.

La parapsicología en la Unión Soviética está sometida a las bendiciones oficiales. Aquellos que no aceptan la confianza de las autoridades científicas son rechazados, denominados «curanderos», condenados al ostracismo y, en algunos casos, perseguidos y acusados de, «parásitos embaucadores».Sin embargo, la comprobación de hechos que podían parecer sobrenaturales ha dado credibilidad a estas personas. Desde hace años, el profesor VIadimir I. Safonov, que predijo la segunda guerra mundial, los enfrentamientos chino-soviéticos de los últimos años y ahora asegura que la guerra entre Pekín y Moscú estallará en 1981, como preludio de la temida tercera confrontación, tiene unos pacientes seguros en la más famosa bailarina del Bolschoi, Maya PyIseskaya; el director del teatro Taganka, Liubimov, y dirigentes del Comité Central, cuyos nombres se guarda celosamente.

En esta línea de aceptación oficiosa de poderes extrasensoriales se encuentra Dschuna Dawltashwill, joven georgiana de treinta años, de quien el New York Times asegura que protege con su fuerza magnética la salud del máximo dirigente soviético, Leónidas Breznev. También el semanario alemán Der Spiegel ha contado su historia avalada por testimonios seguros de enfermos que no han ocultado su personalidad. La propia Dshuna no tiene inconvenientes en revelar los nombres de sus pacientes, entre los que figuran importantes personajes de la vida política y artística rusa, como el actor cómico más famoso en la URSS, Raikin; la poetisa Bella Achmadulina o el director de cine Tschchidse. Un conocido poeta popular del Caspio, Rassul Gamsatow, escribe una emocionada carta a Dshuna agradeciéndole la curación de su corazón.

El éxito de sus curaciones ha sido reconocido en importantes clínicas de Moscú. Concretamente, el doctor Lewtshenko, de la clínica número 112 de un distrito de Moscú, confirmó por escrito cómo Dshuna Dawitashwili trató y curó por medio de masajes bioenergéticos a once enfermos de la espina dorsal, radiculitis y enfermedades neurológicas, en sesiones que duraron desde el 5 de abril hasta el 2 de mayo de 1980. Un mes después, desde el 16 de junio hasta el 14 de julio del mismo año, el doctor Chefazt Tshekmashow, de otra clínica de Moscú, fue testigo de un tratamiento sobre trece pacientes que sufrían de radiculitis y paralizaciones de movimientos de la espina dorsal. Todos ellos se curaron después de la primera sesión, con gran admiración por parte del doctor.

La belleza, reflejo de poder

Todo ello parece indicar que no hay nada de mágico en sus métodos, sino que más bien se trata de un fenómeno parapsicológico de carácter científico, por el que algunas personas poseen una potencia extraordinaria de energía eléctrica que puede operar beneficiosamente sobre otras. La enigmática belleza de Dschuna sería el reflejo exterior de ese poder; pertenece a una minoría asirla de la que sólo quedan 25.000 habitantes en el mundo. Fumadora empedernida y algo aventurera, se marchó de su casa a los catorce años, trabajó de extra en películas y como camarera en Tbilisi para, una vez acabados sus estudios de masajista en una clínica psicológica, trabajar en una policlínica para ferroviarios en Tbilisi, capital de Georgia. No tardó mucho en extenderse la voz sobre sus curaciones milagrosas, hasta el punto de formarse tales colas en el pequeño hospital donde trabajaba que los funcionarios del partido comunista georgiano llegaron a temer que aquello se convirtiera en un nuevo centro de peregrinaje.

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