Larga historia de un secuestro
El crimen de Cuenca, interpretación fílmica de un hecho ocurrido hace más de sesenta años, no pudo estrenarse en su día, hace diez meses, al creer la Dirección General de Cinematografía del Ministerio de Cultura que la película podía tener escenas delictivas y considerar oportuno paralizar el trámite de la concesión de la licencia pertinente para su exhibición.Posteriormente, en medio de una gran polémica sobre el atentado que a la libertad de expresión se cometía prohibiendo de esta manera una obra de creación, la autoridad militar decretó, en abril de este año, incoar un proceso a la directora del filme, Pilar Miró, que se halla en libertad provisional.
A pesar de la prohibición nacional que ha pesado sobre la película, ésta ha sido exhibida en el extranjero. El Festival Internacional de Cine de Berlín la acogió en unas de sus secciones y ahora la reclama el certamen que en noviembre tendrá efecto en Chicago (Estados Unidos). A ambos lugares va la única copia libre que hay del filme.
El Ministerio de Cultura tiene en sus archivos, pendiente hasta ahora de la decisión de la Audiencia Nacional, otra copia de El crimen de Cuenca. El resto de las copias, dijo ayer a Efe Alfredo Matas, se encuentran en poder de la jurisdicción militar, que se incautó de ellas, al tiempo que decidía el proceso de Pilar Miró.
La película El crimen de Cuenca, que se refiere a un hecho en el que la Guardia Civil jugó un papel preponderante, contiene escenas que, según la estimación del Ministerio de Cultura, podrían ser constitutivas de delito contra la institución indicada.
El conflicto creado alrededor de la película ha sido ya uno de los quebraderos de cabeza más importantes y profundos de los tres ministros de Cultura sucesivos que ha habido desde diciembre de 1979: Clavero lo dejó en manos de Ricardo de la Cierva, y éste lo transmitió en herencia al actual titular, Iñigo Cavero.
Entre las paradojas de este caso, figura una importante: la película prohibida debía haber recibido ya del Ministerio de Cultura uno de los premios destinados en 1979 a la calidad cinematográfica. La decisión de la jurisdicción militar de secuestrar el filme inhibió a la Administración civil, y ese premio aún no ha sido entregado. Varios millones de pesetas ha perdido la gente que realizó la película por esta inhibición.
Carlos Gortari, director general de Cinematografía bajo el mandato de Ricardo de la Cierva y en la actualidad con Iñigo Cavero, dijo ayer a EL PAIS, al conocer la información divulgada por el productor de la película: «La noticia me da una gran alegría. Cuando sepamos de modo oficial la decisión del tribunal, procederemos a dar la clasificación, que ya está dada: será una película S, es decir, para mayores de deciocho años».
Babelia
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