La radio y la televisión serán privatizadas en Argentina
El Gobierno argentino ha sancionado la ley que dispone la privatización de los medios de radiodifusión y televisión, estableciendo, entre otros aspectos, que desde su vigencia «no se podrán emitir programas o mensajes de partidismo político».En los próximos 36 meses, los aspirantes a obtener licencia de estaciones de radio y televisión podrán optar, mediante concurso, a la concesión de los respectivos canales.
Todos los medios de comunicación estarán bajo la jurisdicción del Comité Federal de Radiodifusión, que a su vez dependerá del denominado Poder Ejecutivo Nacional.
Paralelamente al régimen de emisoras privadas, funcionará el Servicio Oficial de Radiodifusión, que estará compuesto por las emisoras oficiales del Gobierno.
En el caso de las radioemisoras, existen en el país veintiocho que componen la cadena oficial, mientras que otras 75 están afiliadas a la Asociación Argentina de Radioemisoras Privadas.
En cuanto a las estaciones de televisión, funcionan dieciséis privadas, pero bajo intervención gubernamental; otras cuatro administradas por el Estado y nueve calificadas como oficiales a lo largo y ancho del país.
Respecto a los anuncios publicitarios, la ley establece que éstos deberán ser de producción nacional. Todo lo que promueva o estimule la participación en juegos de azar estará prohibido.
El Comité Federal de Radiodifusión determinará y calificará los aspectos culturales, artísticos, legales y comerciales de las emisiones.
Dispone tajantemente que la licencia otorgada será cancelada, entre otras razones, cuando se emitan mensajes «provenientes o atribuibles» a personas o grupos dedicados a «actividades subversivas o de terrorismo».
Contra la doctrina de la seguridad nacional
Hipólito Solai Yrigoyen, dirigente de los radicales argentinos y uno de los políticos más destacados de la oposición al régimen militar de Buenos Aires, pronunció recientemente en Santander una conferencia sobre los aspectos económicos de la doctrina de la seguridad nacional, en la que criticó duramente sus implicaciones para los pueblos latinoamericanos.
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