La historia de Irak a través de sus trajes
En un intento de recuperar la identidad cultural de una zona donde civilizaciones como la sumeria, la babilónica o la islámica alcanzaron gran esplendor, la casa de costura Dar al Azia, única de su estilo en el mundo árabe, lleva diez años reproduciendo la vestimenta típica de Irak. Una vestimenta con 7.000 años de antigüedad, representada en 120 trajes que, realizados a mano en su mayoría, se exhiben hoy en Madrid, sin finalidad comercial, bajo el, patrocinio del Ministerio iraquí de Cultura y Artes.
Durante el apogeo de las culturas de Sumeria, Akkad, Babilonia, Asshur, Hatra y del Islam, extendidas por y más allá del actual territorio de Irak, la moda formaba ya parte integral de la cultura, muy conectada, a su vez, con la religión. A f inales del cuarto y tercer milenio antes de Cristo, los sumerios realizaron grandes progresos en la elaboración de tejidos, joyas, vestidos y peinados; hasta crearon manufacturas de cosméticos. Cada templo tenía su propio taller, donde se realizaban diversos trabajos, y se ha podido comprobar, mediante placas de arcilla con nombres inscritos, que los tejedores y confeccionadores de prendas tenían un nivel social alto.La moda sumeria tuvo fuerte influencia sobre la de Mesopotamia, y la prenda típica, el kaunakes, realizada en lino, seda o algodón, y bordada en oro y plata, llegó a cubrir estatuas divinizadas de personajes célebres. Los babilonios introdujeron una túnica pequeña, que podía ser también de lana, y en tiempos del rey Hammurabi, como posteriormente con la princesa Daslifari, de Hatra, se dio gran importancia al ornamento, al bordado. El gusto por el adorno en el vestido lo recogió la civilización islámica, y, bajo las prósperas condiciones económicas y sociales de la era Abbasid, la moda disfrutó en Irak de un período dorado. Los vestidos, que pueden verse hoy en museos de Bagdad, estaban decorados con miniaturas de dibujos murales y con bordados de flores y caligrafía árabe, incluyendo versos del Corán y proverbios populares.
Proyección internacional del diseño islámico
Tratando de volver al esplendor de la moda iraquí dentro del mundo islámico, nació en 1970, como institución estatal de ámbito cultural, la casa de costura Dar al Azia. Dirigidos por Ferial Al Kilidar, creadora de la idea, trabajan en el taller sesenta operarios, hombres y mujeres, y colaboran también permanentemente en el diseño de los vestidos asesores de historia, literatura y arqueología.En sus dos lustros de existencia, Dar al Azia ha elaborado 120 vestidos, con sus correspondientes atavíos de joyas. Las telas empleadas son ligeras, destacando el tul y la seda. Pero también se utiliza mucho una tela fina de lana, obtenida en unos telares primitivos, como los de hace cuatrocientos años, para la confección del hashmi, una prenda muy popular parecida a la túnica.
«Las jóvenes iraquíes visten a la europea», explica Ferial Al Kilidar, «pero en las fiestas procuran utilizar la vestimenta tradicional». Las bodas constituyen una excepción, pues la novia no emplea los atavíos del país y sí lo hacen, en cambio, las invitadas. «No obstante», prosigue Ferial, «cada vez está más extendida la idea de volver a nuestras raíces culturales a través de la ropa; sobre todo, en las clases populares y en las zonas campesinas».
Dar al Azia ha mostrado sus modelos por los países árabes vecinos y por más de treinta naciones de todo el mundo. En ningún lugar han vendido lo enseñado, pero en los últimos cinco años las más famosas casas de alta costura de París y Roma han lanzado diseños inspirados en los iraquíes. Y para canalizar la comercialización de las prendas exhibidas o, al menos, de modelos parecidos -pues la técnica no podría igualar una labor artesanal que suele durar ocho meses-, esta casa iraquí de costura piensa montar factorías para que la ropa milenaria pueda ser utilizada por las clases populares además de por las altas, habituales usuarias en otros tiempos.
Babelia
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.