Los trabajadores polacos tendrán sindicatos libres
Los trabajadores polacos lograron ayer la más importante victoria política en la historia de los países del Este, al conseguir que el Gobierno comunista de Polonia aceptara la formación de sindicatos libres y autogestionarios, al margen del sindicalismo oficial. A primeras horas de la mañana, un cerrado aplauso de los huelguistas rubricó el anuncio del triunfo conseguido en los astilleros Lenin, de Gdansk, por Lech Walesa, que en dos semanas se ha convertido en el líder más popular de Polonia. Horas antes, un acuerdo similar se había alcanzado en el puerto de Szczecin. Por la tarde, el comité central del partido comunista aprobó en Varsovia los compromisos alcanzados en la negociación.Si no ocurre un imprevisto, mañana, lunes, volverá la normalidad a los centros de producción polacos y se iniciará una nueva experiencia social en Europa del Este con indudable atractivo para el conjunto de los países de la alianza socialista. Sin embargo, anoche Walesa propuso en Gdansk que los trabajadores no continuaran las negociaciones con los representantes del Gobierno sobre los diecinueve puntos de las reivindicaciones todavía en suspenso hasta que sean puestas en libertad las personas detenidas, en razón de la actual situación política. La propuesta fue aceptada por unanimidad por el Presidium del Comité de Huelga Interempresas (MKS).
La petición se refiere a la veintena de disidentes, miembros, del Comité de Autodefensa Social (KOR), detenidos por la policía hace ocho días. La Prensa oficial lanzó ayer una violenta requisitoria contra ellos, especialmente contra su líder, Jacek Kuron. Los detenidos han sido acusados de participar en una «asociación de malhechores».
Los huelguistas se han comprometido a que los nuevos sindicatos que se formen, cuyo embrión serán los actuales comités de huelga interempresas, no tratarán de asumir las funciones de un partido político, respetarán la alianza de Polonia con el Este y reconocerán la supremacía del partido comunista.
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Polonia, primer país socialista que acepta elecciones para sindicatos libres y derecho de huelga
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A pesar del ambiente de confianza que se respira en la capital polaca en relación con el final de la crisis obrera, se mantiene la incertidumbre en el plano político.
Como hace una semana, la historia podría repetirse y ser anunciados importantes cambios en la dirección del partido, incluida la destitución del primer secretario del POUP ( (Partido Comunista polaco), Edvard Gierek, quien sería sustituido por Stefan Olszowski. A tal pregunta, la respuesta de un informador polaco fue: «Puede ser».
A pesar de que la solución de la crisis obrera parece acercarse al final, todos los comentarios coinciden en afirmar que la extensión de las huelgas y las concesiones a que se ha visto forzado el Gobierno ha situado a Gierek en una posición de extrema debilidad, cogido entre dos fuegos: la línea reformista, partidaria de poner en marcha cuanto antes formas de autogestión y las concesiones políticas necesarias, y aquella otra más partidaria de seguir manteniendo un férreo control sobre la planificación económica.
Ahora, la primera prueba formal a la que habrá de someterse el comité de huelga será la de lograr de los trabajadores una recuperación del tiempo perdido: en los puertos polacos esperan ser descargados un total superior a los 75 buques mercantes. La población, que ha recibido una serie de garantías por parte del Gobierno y del comité de huelga, confía en que la provisión de alimentos básicos experimente una sensible mejoría, informa desde Bonn.
Por otro lado, entre las concesiones del Gobierno se incluyen también el derecho a una actividad política más libre de los trabajadores, al margen de la confederación sindical oficial, del derecho de huelga y mayores posibilidades de presencia de la Iglesia en los medios de masas. La condición que establece el Gobierno es que las actividades a que hacen referencia ambas concesiones «no se dirijan delictivamente contra el sistema socialista y los intereses fundamentales de la República Popular de Polonia». En este marco queda autorizada la fundación de organizaciones privadas. La seguridad Social, considerada muy deficiente, sobre todo por lo que toca a la asistencia sanitaria, será potenciada y reformada básicamente, así como los mecanismos para la Fijación de precios al consumidor.
Acusaciones contra el KOR
Tribuna Ludu, órgano oficial del partido Partido Comunista polaco, publicó ayer una severa crítica contra los principales dirigentes del KOR (Comité de Autodefensa Social, disidente) y de la confederación de Polonia independiente, y denuncia su intento de transformar el malestar obrero en escándalo político.
El órgano del POUP acusa particularmente a Jacke Kuron y Adam Michnik -principales dirigentes del KOR, detenidos junto con otros miembros de este grupo hace diez días- de explotar las huelgas para minar al socialismo desde dentro, intentando confundir a sus portavoces con miembros del Comité de Huelga Interempresas y suscitando nuevos conflictos.
Apoyo de los disidentes de la URSS
Por otra parte, los disidentes soviéticos enviaron ayer una carta de solidaridad a los huelguistas polacos, alegando que la lucha «no violenta de los hermanos de Polonia repara el honor de la clase trabajadora», según informa AFP desde Moscú.
La declaración va firmada por un grupo de diez activistas soviéticos defensores de los derechos humanos, entre los que se encuentran el académico Andrei Sajarov y su esposa, Yelena Bonner.
La carta de los disidentes, que fue entregada ayer a los periodistas occidentales durante una conferencia de Prensa que se celebró en Moscú, apoya de modo especial el intento de los huelguistas de «crear una base para el desarrollo de la democracia polaca».
En Checoslovaquia, dos portavoces de Carta 77, María Hromadkova, de cincuenta años, y Milos Rejchrt, de 33, fueron detenidos el viernes.
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