Redes y negociaciones

Independientemente de su embarrancamiento, el Galgomar está pescando y pescará bastantes peces, algunos de envergadura.El presidente Suárez les dice a los familiares de los pescadores retenidos por el Frente Polisario que el Gobierno «no puede» negociar con el movimiento saharaui de liberación, alegando problemas graves con Marruecos y sacando a colación Ceuta y Melilla. Claro signo de debilidad diplomática. Se diría que estamos esperando una invasión marroquí.

No tenemos noticia de ningún descalabro infligido al Gobierno español o a ningún ciudadano de este país por parte del Frente Polisario, los incidentes anteriores siempre han terminado felizmente, desde el comienzo de su ofensiva /defensiva diplomática y militar, pero sí conocemos la serie de incidentes, casi con regularidad semanal, con que nos ameniza la vida el Gobierno de Rabat, desde el apresamiento masivo de pesqueros, en la mayoría de los casos sin razón, retención de las tripulaciones hasta por períodos de meses, multas astronómicas para el nivel económico de algunos armadores, ametrallamiento aéreo, incluido el llevado a cabo contra una unidad de la Armada; violación de leyes internacionales y de resoluciones de Naciones Unidas, etcétera; pero, eso sí, con Marruecos siempre «se puede negociar».

Es posible que algunos de los pescadores apresados hubiera votado a UCD en las últimas elecciones; lo que sí es seguro es que el partido gubernamental se inhibe de los problemas de los ciudadanos, alegando razones de Estado, olvidando que el Estado somos todos los españoles, no el Gobierno.

Y cogiendo otro pescado de la red, caemos en la cuenta de que, ya que al Gobierno parece no importarle la situación de unos ciudadanos llanos, ciertos ediles políticos de la izquierda no deberían dudar ni un momento en ofrecerse a un canje, uno por pescador, y esperar a ver si el Gobierno les consideraba más valiosos a efectos de una posible negociación.