La Conferencia de Madrid será un punto de referencia para la distensión Este-Oeste
La Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación (CESC), de Madrid, que iniciará sus trabajos preparatorios el próximo día 9 de septiembre en la capital española, se ha convertido en el primer foro regulador de las relaciones Este-Oeste, sumidas en una tensión creciente desde la invasión de Afganistán por la Unión Soviética y la puesta en marcha de la crisis interna de Polonia. Estas dos cuestiones, sumadas a otras, como las perspectivas de las elecciones presidenciales norteamericanas, o las propuestas de desarme táctico europeo, constituyen las primeras preocupaciones de los 35 países que dentro de pocos días participarán en Madrid en la fase preliminar o preparatoria de la conferencia.Desde la invasión de Afganistán por tropas de la Unión Soviética, las relaciones Este-Oeste han alcanzado un punto de enfriamiento, que quizá sea el más alto desde la entrada del Ejército soviético en Checoslovaquia. Esta crisis, ahora agravada ante la batalla política interna que vive Polonia en estos días, ha revalorizado de manera especial el contenido de la Conferencia Europea de Seguridad y Cooperación, de Madrid, cuya apertura oficial está prevista para el día 11 de noviembre.
La conferencia, que, tras la invasión de Afganistán por la URSS, pareció carecer de toda perspectiva e interés político, se ha convertido en las últimas semanas en un foro de esperanza en el diálogo Este-Oeste, roto esencialmente en su eje Moscú-Washington, aunque la parte soviética haya mantenido conversaciones bilaterales de alto nivel con Francia y la República Federal de Alemania (RFA), con los encuentros que Leónidas Breznev mantuvo con Valéry Giscard d'Estaing y Helmut Schmidt.
De todas maneras, este foro de esperanza no constituye una garantía firme para reconstruir la distensión perdida en el corazón de Europa. El tema afgano está aún vivo y muy presente -ya veremos si la cuestión polaca traspasa los ámbitos de la simple política interna-, y se va a convertir en punto central de los debates políticos de la conferencia, por mucho que se empeñen los soviéticos en eliminarlo del capítulo correspondiente al análisis de la actitud de cada país, frente a los compromisos del Acta de Helsinki, con la simple fórmula de que Afganistán no es territorio europeo y queda al margen de la CESC.
Afganistán, su invasión, será el punto central de las discusiones políticas y puede servir para que la Conferencia de Madrid se convierta en un diálogo de sordos o de crecimiento de la tensión; como ocurrió en la segunda convocatoria de la Conferencia de Belgrado.
Posición beligerante de EE UU
Parece cierto que Estados Unidos adoptará una posición dura y beligerante en este contencioso y que la URSS responderá con otros temas -intervención en Irán, problemas raciales, etcétera- en los que, incluso, podría encontrarse una referencia contra la no ampliación de los bloques militares con vistas a la eventual incorporación de España a la OTAN.Si ello ocurre, la conferencia quedará estancada o simplemente rota, sin posibilidad de continuación y sin que, del análisis político, se pueda pasar al terreno de las propuestas o segunda parte de la conferencia, en la que se espera que Madrid constituya una buena oportunidad para reforzar las medidas de confianza entre el Este y el Oeste y reanimar el llamado «cesto» relativo a la libre circulación de ideas y personas en Europa.
Es, por todo ello, que la URSS, deseosa hoy de que Madrid se convierta en centro de diálogo, pero no de confrontación sobre Afganistán, desearía que el tema de la continuación de la conferencia en otro país, otro año, no fuera uno de los puntos claves a determinar en el orden del día, que deberá quedar establecido en la reunión preparatoria madrileña del 9 de septiembre.
En Moscú, donde saben bien que la cuestión afgana no quedará excluida de los discursos políticos occidentales, se espera que la parte europea adopte una posición menos intransigente y más «constructiva». Esto último es bien posible por parte de las naciones europeas que, el pasado jueves, discutieron en el seno del Consejo de Europa la oportunidad de la conferencia, declararon su necesidad en este momento e intercambiaron opiniones sobre la crisis polaca, que fue calificada, de manera general, como preocupante.
Dificultades de la URSS
En medios diplomáticos europeos se piensa que la nueva Administración americana podría relajar en algo la tensión, sin que ello signifique renunciar al debate de Afganistán, que puede ser planteado por el país que lo desee sin necesidad de consultar a nadie.Asimismo, se piensa que la URSS se encuentra sumida en serias dificultades internas y se citan aquí el problema de la sucesión de los dirigentes soviéticos de mucha edad, la guerra afgana con su desgaste político, económico y moral, sin que el Ejército de la URSS pueda obtener una victoria final y definitiva, y la propia crisis económica interna de la URSS, tema este de mayor gravedad, que podría estar en el origen de las ansias soviéticas de reducir los misiles tácticos europeos ante las débiles perspectivas de su inmediato presupuesto militar.
Los mismos medios señalan que la crisis polaca y sus efectos posibles en otros países del Este constituye otro tema más que preocupa seriamente en Moscú en estos momentos.
En definitiva, la Conferencia de Madrid va a abrir sus puertas entre la tensión y la esperanza del momento presente de las relaciones Este-Oeste. Una situación esta de difícil equilibrio que la parte española, como anfitriona de la reunión, desea encaminar hacia un diálogo constructivo en lo político que, posteriormente, podría tener un desarrollo complementario en lo militar, si a las medidas llamadas de confianza se añade una posterior conferencia de desarme.
De momento, en Madrid se ultiman los preparativos técnicos y políticos de la sesión preparatoria para poner en marcha esta primera fase de la convocatoria, cuya puesta a punto es inminente. En ella se inscriben los contactos que el embajador y jefe de la delegación española de la conferencia, Javier Rúperez, ha mantenido recientemente en Moscú y en Estrasburgo con primeros responsables de la URSS y de los veintiún países del Consejo de Europa en los últimos días. Asimismo, el embajador español celebrará el próximo lunes, en Washington, conversaciones similares con la delegación americana, con el objeto de culminar estas consultas previas que, en unos días, permitirán la apertura en Madrid de la fase preparatoria de la conferencia.
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