La UNED

La polémica originada por la decisión del Ministerio de Hacienda de adjudicar a la UNED un edificio para su sede central que no reúne las condiciones mínimas que precisa la universidad de los trabajadores para desarrollar dignamente su labor, pone de manifiesto la increíble irresponsabilidad con que se aborda la gestión de los asuntos públicos y, concretamente, la administración del dinero de todos los españoles. Si Hacienda considera necesario contener el gasto púbfico, no parece procedente que sea a costa de la Universidad a Distancia, la universidad- cenicienta, en un contexto de creciente privación de medios para la universidad y el conjunto de la educación pública de nuestro país.Es inconcebible que se pueda negar el hecho de que constituye un despilfarro la inversión pública en un edificio que no reúne las condiciones específicas que precisa la UNED, pues, de la misma manera que nadie negaría el despilfarro de quien lloviendo y no queriendo calarse se compra unas zapatillas, está asimismo claro que invertir en la compra de un edificio que no reúne condiciones adecuadas, y que además parece que está implicado en un posible escándalo urbanístico, es, lisa y llanamente, tirar el dinero.

Sin embargo, no podemos dejar de reconocer el únito mérito del Ministerio de Hacienda: exigir un concurso público para la compra de edificio. En todo lo demás, tarde y mal, escatimando siempre el dinero que precisa para sobrevivir nuestra universidad./

(por la junta directiva).